En un momento en el que las redes sociales se han convertido en el escaparate perfecto para miles de personas, es vital aprender a sacar el mejor partido a las cámaras de fotografía.
Aunque muchos no ven necesidad, las cuentas con más seguidores cuidan hasta el milímetro cualquier detalle de las imágenes que publican. Ya sea por conseguir followers, por ser un post con un patrocinio detrás o por belleza y por incluso ego de salir perfectos.
Esto se consigue con imágenes de calidad que solo son viables con equipos fotográficos que sean buenos.
Aunque en muchos casos los móviles traen hoy miles de opciones, lo cierto es que no hay que intentar equiparar la capacidad de controlar la densidad de luz de un fotómetro de Sekonic, una de las mejores marcas para este tipo de producto, con la corrección de luz que sería capaz de hacer cualquier dispositivo.
Con el fotómetro lo que se consigue es calcular la densidad de la luz en un punto concreto. Con esa medida, es capaz de calcularse el ISO necesario para jugar con la mejor iluminación.
“cuando se trata de medir luz no tiene nada que ver el contar con la medida que hace un móvil o una cámara, que lo calcula directamente sobre la luz reflejada frente a, por ejemplo, los fotómetros de Sekonic, que miden luz de forma directa.
¿Cuándo se hace imprescindible esta herramienta fotográfica?
Un fotómetro o exposímetro lo que consigue es canalizar la luz real sobre un punto concreto sobre el que se quiere hacer la fotografía protagonista y recomendar cuál debe ser la exposición para que salga perfecta.
Con esa información es viable definir la velocidad de obturación y el diafragma teniendo también en cuenta cuál es el disparo en el que estemos trabajando. Todo esto, que suena a complejo, en realidad es algo sencillo.
Con ejemplos se entiende mejor.
En un espacio donde predomina el blanco (paredes, nieve, etc), cualquier cámara tenderá a captar la imagen central quemándola con una subexposición. El blanco, al reflejar mucho la luz, condiciona sobremanera la forma automática. De ahí que, midiendo bien la densidad sobre el punto que se quiera resaltar, se podría corregir y permitir que la imagen salga perfecta.
Por el contrario, en escenarios donde escasea la luz, con esta herramienta se acoplará perfectamente la forma de hacer la imagen con la exposición necesaria, evitando que la cámara se distraiga con luces ambiente que, ni siquiera el ojo, percibe.
Instagram, donde de verdad se nota la diferencia
Todo lo comentado previamente se ve claramente echando un vistazo a algunas cuentas de esta red social.
Quienes apuestan por los retratos de cerca, por resaltar objetos concretos, por crear bodegones o incluso por jugar con la luz, hay que dar por hecho que cuentan con ello.
Aunque muchos fotógrafos juegan con los histogramas, nada puede mejorar como un fotómetro los datos para disparar lo mejor posible un objetivo. De hecho, también los hay para móvil.