El jamón serrano es un embutido ibérico de gran reconocimiento y prestigio en el mundo. En concreto, el jamón español ocupa un importante lugar dentro de la cocina ibérica. Y es, junto a la paella o el gazpacho, uno de los alimentos que representa a la cultura española fuera de sus fronteras.
Hay muchas hipótesis sobre cómo comenzó a prepararse y consumirse el jamón serrano el ibérico en la Península. Algunos lo remontan a la época romana o incluso mucho antes. Lo cierto, es que los pueblos ibéricos entendieron los beneficios gastronómicos de utilizar la carne de cerdo.
Sin embargo, aunque España posee los mejores jamones del mundo, es necesario saber diferenciarlos, ya que no todos los jamones son iguales: ni en sabor, ni en proceso de curado, ni en su origen. Es así, como los jamones ibéricos y los Jamones Serranos provienen de razas distintas del cerdo.
Los jamones ibéricos provienen del cerdo ibérico: una raza que solo se reproduce en España. Estos cerdos negros se alimentan, en su mayoría, de bellotas y se crían en libertad, lo que propicia mayor cantidad de grasa intramuscular.
Por su parte, el jamón serrano proviene de la raza de cerdos blancos europeos. Entre los más comerciales se encuentran como el Pitrean; el Landrace, Large White o el Duroc. Países como Italia y Portugal también elaboran este tipo de jamón con sus ejemplares de cerdo blanco, los cuales no pertenecen a un hábitat específico, como sí lo necesitan los cerdos ibéricos.
Proceso de curado del jamón
El curado es un proceso milenario que permite conservar todo tipo de carnes como las carnes rojas o el pescado.
En este sentido, el procedimiento de conservación del jamón serrano conlleva reacciones químicas y de oxidación que evita que la carne se descomponga. En el caso de este embutido ibérico, el proceso de curación oscila entre los 14 y 15 meses (los clasificados como Reserva) y de más de 15 meses de secado al aire libre y de salazón (los de Gran Reserva).
Aportes nutricionales del jamón serrano
El jamón serrano es el tipo de embutido más común de España. No obstante, por lo cotidiano que es en muchas mesas españolas, algunos olvidan que su consumo aporta un gran valor nutricional al organismo.
En él, encontramos calcio, hierro, potasio, fósforo, zinc y magnesio. También es una fuente natural de proteínas, las cuales son necesarias para el mantenimiento y buen funcionamiento de los órganos, músculos y tejidos del cuerpo. Además, los ácidos grasos disponibles en el jamón serrano aportan energía al cuerpo y es un aliado anticoagulante para el sistema cardiovascular.
Es importante señalar que el jamón puede ser un aliado para la salud, siempre que forme parte de una dieta balanceada con ingesta de otros alimentos que también aportan proteínas, minerales y vitaminas.
Las mejores recetas de jamón
Aunque habitualmente el jamón serrano suele acompañar las noches de vino y cervezas, este alimento típico de la cultura española tiene cientos de formas de preparación. A continuación, te presentamos algunas de las mejores recetas para disfrutar, durante todo el año, de este sabroso embutido ibérico.
Lentejas pardinas al vino blanco, pimentón y jamón serrano
Las lentejas constituyen uno de los platos más populares del país. Son nutritivas y versátiles, ya que puedes prepararlas de muchas maneras. Para este plato, solo necesitarás una zanahoria, hoja de laurel, una cabeza de ajos, dos tomates, cebolla, pimentón dulce, aceite de oliva y 100 g de jamón serrano.
Croquetas de jamón serrano y pollo
Ya sea para como aperitivo para una ocasión especial o como refrigerio, las croquetas son las preferidas de más de uno. Para prepararlas, se necesitan 75 g de jamón serrano, dos huevos, pan rallado, pimientos de padrón, perejil, pollo picado, mantequilla, leche y harina de trigo.
Huevos a la flamenca
Esta receta es tan tradicional como el jamón serrano. Para prepararlos se debe contar con: dientes de ajo, puerro, salsa de tomate, ocho huevos, patatas, guisantes, una cayena, perejil, pimienta, chorizo y 100 g de jamón serrano.