Moscú, 6 feb (EFE).- Rusia responsabilizó hoy a la oposición armada siria de dificultar los suministros de ayuda humanitaria a la población civil y denunció tiroteos y saqueos a convoyes internacionales.
«Los principales problemas surgen sobre todo con el suministro de ayuda humanitaria a las zonas controladas por los grupos armados (de la oposición), que dada su diversidad no se ponen de acuerdo, tirotean los convoyes y sabotean de hecho los suministros», dijo el portavoz de la Cancillería rusa, Alexandr Lukashévich.
El diplomático ruso denunció «casos en los que la mayor parte de la ayuda humanitaria fue saqueada para beneficio de los propios guerrilleros y no llegó a la población civil».
Lukashévich subrayó que la oposición más radical pone trabas a los intentos de iniciar un diálogo pacífico entre las partes en conflicto.
«No hay que olvidar que el suministro de ayuda humanitaria a la población civil es una calle de doble sentido. La responsabilidad por las penurias de la población civil no recae sólo sobre el Gobierno de la República Árabe Siria sino también sobre la oposición armada, que no duda en usar a ciudadanos como escudos», apuntó.
Por otro lado, Lukashévich reiteró la postura de Moscú acerca de que no hay motivos para pensar que Siria incumplirá los plazos con los que se ha comprometido para la destrucción de su arsenal químico.
«Las autoridades oficiales demuestran en la práctica total adherencia a sus compromisos después de unirse en septiembre pasado a la Convención (internacional) para la prohibición de armas químicas», recalcó el diplomático ruso.
Dos cargamentos de materiales químicos del arsenal de Siria ya han salido de ese país desde el puerto de Latakia en dos cargueros comerciales, uno danés y otro noruego, escoltados por barcos de guerra de Dinamarca y Noruega y con apoyo de navíos rusos y chinos.
El material tóxico será transportado al puerto italiano de Gioia Tauro, donde a su vez será recogido por el navío estadounidense Cape Ray, equipado para destruir el arsenal químico sirio en alta mar, que se dirige ya hacia el Mediterráneo.
El Cape Ray, equipado con un avanzado sistema de hidrólisis para neutralizar unas 700 toneladas de armas químicas, procederá a su destrucción en un lugar no revelado en alta mar.
La destrucción del arsenal químico sirio fue acordada por EEUU y Rusia con el Gobierno sirio de Bachar al Asad tras un ataque con gas sarín el año pasado contra población civil en Damasco, que llevó a Washington a amenazar con una intervención militar.