Moscú, 17 dic (dpa) – Casi como un mendigo, el presidente ucraniano Viktor Yanukovich llegó a Moscú a pedirle a Vladimir Putin una ayuda necesaria para su supervivencia. El jefe de Estado se veía pálido y nervioso, como si las protestas que mantienen manifestantes proeuropeos desde hace semanas en Kiev lo hubieran dejado exhausto.
Pocas horas después, Putin anunció el resultado de la negociación. Yanukovich se lleva de vuelta a Kiev créditos por 15.000 millones de dólares (10.900 milones de euros) y una sustancial rebaja en los precios del gas.
La ayuda del Kremlin permite que Ucrania no caiga en la bancarrota. La ex república soviética enfrenta millonarias deudas, entre otros, con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Finalmente Yanukovich podrá tener algo de aire, aunque en Kiev se respire un clima áspero para el presidente.
«Nadie recibe dinero o gas de Putin sin dar nada a cambio», advirtió el líder opositor Vitali Klitschko en la edición del miércoles del diario «Bild». De todas formas, ambos mandatarios negaron haber llegado a algún tipo de acuerdo secreto.
La estrecha cooperación con Rusia representa un golpe para los manifestantes liderados por el campeón de boxeo Klitschko, que la víspera anunció que renunciaba a defender su corona para participar en política.
Los opositores temen que el estrecho vínculo con el vecino del este convierta a Ucrania en una «pequeña Rusia». A pesar de las afirmaciones de Putin, ambos mandatarios no discutieron el ingreso de Ucrania a una unión aduanera liderada por Moscú. Pero el sueño de muchos ucranianos de acercarse a la Unión Europea (UE), y por lo tanto acceder sin visado al espacio del bloque, estaría por el momento lejos de cumplirse.
La mayoría de los ucranianos está a favor de un giro hacia Occidente. Muchos se cansaron de la corrupción y el nepotismo en su país y ven asimismo el auge registrado por la vecina Polonia desde que ingresó a la UE. Una encuesta de una empresa cercana al gobierno reveló que un 46 por ciento aprobaba un acuerdo de asociación con Bruselas, mientras que el 36 por ciento estaba a favor de una unión aduanera con Moscú.
Yanukovich tenía la posibilidad de acercarse al bloque europeo, pero tras la fuerte presión de Rusia el presidente suspendió a último minuto el acuerdo de asociación con la Unión Europea y buscó la cura en el este. «Sin la voluntad política del presidente ruso Vladimir Putin este fructífero trabajo, este acuerdo de hoy, habría sido imposible», señaló.
Poco antes, Putin había sido algo duro con su homólogo. «Observamos desde hace dos años un retroceso en el volumen comercial», enumeró Putin, mientras Yanukovich asentía. «El año pasado (fue) de un 11 por ciento, este año 14,5 por ciento», apuntó el presidente ruso, que advirtió que eso debe cambiar rápidamente.
Una parte de esas pérdidas está relacionada también con la dura postura de Rusia, que Moscú aprovechó para presionar a Kiev. En los primeros nueve meses de 2013 las exportaciones ucranianas a la UE superaron el comercio con Rusia. Pero eso seguramente cambiará pronto.
Para Putin, el acuerdo millonario con Ucrania es un triunfo en la lucha de poder con la Unión Europea por el segundo país más grande del continente. Yanukovich, que proviene del este de Ucrania, donde se habla ruso, hizo una clara elección. El camino hacia Occidente parece cerrado por el momento.
Por Benedikt von Imhoff