La Habana, 6 feb (EFE).- El opositor cubano Jorge Luis García Pérez, conocido como «Antúnez», denunció hoy que fue víctima de una detención el miércoles que se prolongó unas nueve horas y que comenzó con un «descomunal operativo» en su vivienda, donde le decomisaron varias pertenencias.
Antúnez, secretario del ilegal Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo (Frente OZT), dijo hoy a Efe telefónicamente que en la mañana de ayer fue detenido en su casa de Placetas (provincia de Villa Clara, centro del país), en medio de un operativo que incluyó «carros de bomberos, comandos, ambulancias y una alta oficialidad».
El disidente, ya en libertad, señala que los oficiales borraron los carteles que exhibe en la fachada de su vivienda con mensajes como «viva Cuba libre» y «vivan los derechos humanos», y posteriormente registraron el inmueble.
«Me golpearon, me esposaron y procedieron a decomisar sin mi presencia y sin órdenes de hacerlo», apuntó Antúnez, quien salió de la cárcel en 2007 tras cumplir una condena de 17 años, acusado de propaganda enemiga oral, intento de sabotaje y otros delitos.
Según alega, le fueron requisados su ordenador personal, ropa familiar, medicamentos, juguetes recibidos del exilio cubano para regalar a niños en la isla y material con «información alternativa» que repartía en discos como parte de su activismo.
Además de su detención, que se prolongó hasta horas de la noche en Santa Clara, la capital provincial, el opositor denunció hoy una escalada de arrestos cortos en al menos tres provincias del país asociadas con su retención.
Por otra parte, dijo que su esposa, Iris Pérez, también sufrió «golpes» y arresto, y fue víctima de «manoseo sexual» por parte de los oficiales.
Antúnez consideró que lo ocurrido es un «ajuste de cuentas» por sus declaraciones durante el recorrido que realizó en los últimos meses por países como Estados Unidos, Polonia, Hungría, Noruega y Taiwán, y del que regresó hace un mes.
«No solo responsabilizo al régimen sino a los estadistas que vinieron a la cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) porque vinieron a legitimar la dictadura y a darle el visto bueno», sostuvo.
El Gobierno cubano considera a los disidentes «contrarrevolucionarios» y mercenarios al servicio de Estados Unidos.