Santiago de Compostela, 12 feb (EFE).- El consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, considera que la condición de Rajoy de no hablar de la consulta en Cataluña impide un encuentro del presidente del Gobierno español y el catalán Artur Mas.
Homs participó hoy en Santiago de Compostela en un desayuno informativo de la Tribuna Galicia, de Nueva Economía Fórum, en la que, preguntado por una reunión entre ambos presidentes, afirmó que «no está prevista», se preguntó, si no se habla «de lo que está planteado», «de lo que está sobre la mesas», de qué van a hablar y consideró que no de justificaría la entrevista para «hablar del tiempo ni del fútbol».
No obstante, opinó que «esta posición» de Rajoy «no es sostenible en el tiempo», por lo que avanzó que cambiará.
Sobre si sería posible avanzar en un acuerdo si se renuncia a la consulta, Homs afirmó: «Olvidarnos de la consulta no es posible» y explicó que pensar que la situación se puede resolver «prescindiendo de la voluntad del pueblo» es no saber lo que los políticos catalanes están gestionando.
El dirigente catalanista hizo un repaso histórico sobre las relaciones entre Cataluña y el conjunto de España y lamentó que «en más de cien años, la mentalidad con que nos topamos no ha cambiado demasiado o nada».
De los últimos treinta años de relación, afirmó que el catalanismo ha continuado con su estrategia histórica de buscar un encaje que permita a Cataluña sentirse «cómoda y seguir siendo lo que era» en el marco de un Estado «que reconociera esa pluralidad en su interior» y contribuir a su «estabilidad y gobernabilidad».
El portavoz del Gobierno catalán resaltó que el catalanismo político ha apoyado siempre en todos los retos a que se enfrentó España, como la entrada en la UE, en el Euro o la lucha contra el terrorismo y agregó que, en este último caso, por ejemplo, «no lo pueden decir» los dos grandes partidos españoles.
También se refirió al apoyo de CiU a Rodríguez Zapatero cuando se enfrentó a «una situación muy complicada» procedente de la UE en 2010, lo que, para Homs, hace más sorprendentes los argumentos que se esgrimen ahora y que consideró de «insolidaridad» con Cataluña.
A su entender, la respuesta «ha sido muy decepcionante» y ha adolecido de «lealtad y comprensión» para las reivindicaciones, los sentimientos de una gran parte del pueblo catalán y lo que representan sus instituciones.
Estimó, no obstante, que la idea de que el Estado autonómico «ha fracasado» se mantiene también por «otras voces», en el sentido de que el «colapso» del sistema se debe a que ha fallado en el «objetivo principal» de dar encaje a las nacionalidades históricas en un Estado plurinacional.
También reseñó la idea que trasciende del propio Estado y de «algunas Comunidades autónomas, de que se ha ido demasiado lejos», como el caso de «una presidenta autonómica» que consideró un error el traspaso de las competencias en Educación.
Lamentó que se haya avanzado hacia un «modelo centralizado y uniforme», que consideró legítimo plantear si se hace de forma transparente, pero, para Homs, «se hace por la puerta trasera y sin el debate necesario».
En su relato histórico del período democrático, se refirió a la sentencia del Constitucional de 2010 sobre el Estatut como un punto de inflexión en que «una parte muy mayoritaria» del pueblo catalán ha tomado «conciencia de que la vía seguida hasta el momento no da más de sí», lo que «explica la situación actual».
Para el consejero catalán de Presidencia, ha habido «un cambio de chip muy profundo, que afecta a una mayoría de Cataluña, que por lo que está es por la independencia».
De la legalidad de la consulta, recordó que la idea inicial es hacerla por cesión de la competencia de referendos que, si se vota en contra en el Congreso, se dirigirá a la facultad estatutaria de organizar consultas, una «habilitación legal» de la que dijo que espera que sea respetada por el Gobierno español.
Sobre la posibilidad de que voten todos los españoles, explicó que primero deben hacerlo los catalanes y, «a partir de ahí», cuando se conozca su decisión, «la manera puede ser negociable, pero no la decisión», insistió.
Francesc Homs se manifestó partidario de «serenar el debate en su conjunto» y «huir de descripciones con tanta carga emocional y ciertos niveles de dramatismo», porque eso «está lejos de lo que se debate en Cataluña».
Finalmente, sobre la posición de Cataluña en Europa si se produjera una decisión de independencia de España, calificó de «inconcebible» que siete millones de ciudadanos sean «expulsados» por haber votado cómo se quieren organizar. «Si la UE no da cabida a un planteamiento democrático, ya me dirán de lo que estamos hablando», concluyó.