Buenos Aires, 22 nov (dpa) – El español Rafael Nadal y Argentina forjaron durante ocho años una historia de mitos y desencuentros, pero una frenética semana le está bastando al número uno del tenis mundial para saldar con creces la deuda.
«Llevaba años sin venir a Argentina. Era una cosa que tenía muy pendiente», confesó Nadal tras caer en la noche del jueves ante David Nalbandian por 6-4 y 7-6 (8-6) en la primera de sus exhibiciones en el país.
El entretenido partido de despedida del argentino en el estadio Orfeo de la ciudad de Córdoba fue apenas una mínima muestra de todo lo que hizo y hará Nadal en su visita a un país que siente muy cercano.
Un nuevo encuentro ante Nalbandian el sábado y un duelo estelar ante el serbio Novak Djokovic el domingo, ambos en Buenos Aires, completarán una apretada agenda que ofrece mucho más que tenis.
Tras comer un asado en la casa de Nalbandian en el minúsculo pueblo de Unquillo y responder con caballerosidad las extravagantes preguntas de la diva de la televisión Susana Giménez (ver video http://dpaq.de/ZOYI5), Nadal tiene previsto realizar hoy un viaje relámpago al Glaciar Perito Moreno, uno de los principales puntos turísticos de la Patagonia argentina.
Allí no sólo conocerá los imponentes témpanos que le recomendaron visitar sus padres, sino que también jugará ante Djokovic una exhibición promocionada como «Tenis en los Hielos Milenarios» en una cancha montada sobre un transbordador.
Por idioma y amistad con varios de los tenistas argentinos, que hasta se permiten dirigirse a él con el típico «boludo» (ver video: http://dpaq.de/ShdoD), Nadal bien podría hacer de guía de Djokovic, que planea unas vacaciones en el sur del país.
No es lo único que tiene previsto hacer el español en Argentina, porque además de los vuelos, las múltiples conferencias de prensa, las clínicas de tenis y las actividades promocionales, piensa visitar el domingo la mítica «Bombonera», el estadio de Boca Juniors.
«Me hacía muchísima ilusión volver a jugar aquí en Argentina. Llevaba en el corazón volver», insistía anoche el mejor jugador del mundo.
La intensa semana de Nadal, que aterrizó en Buenos Aires el lunes y luego viajó brevemente a Chile para una exhibición con Djokovic, cierra una larga espera para el público argentino y para el propio español.
Nadal no jugaba en Argentina desde febrero de 2005, cuando se despidió en los cuartos de final del torneo de Buenos Aires en un extraño y recordado partido ante Gastón Gaudio, que perdió por 0-6, 6-0 y 6-1.
Aquel febrero sería clave en la carrera de un Nadal que entonces tenía 18 años y el pelo un poco más largo. Y aquella noche de verano en el Buenos Aires Lawn Tennis Club daría lugar a un mito que siguió vigente hasta hace muy poco.
No sólo porque la derrota precedió a la explosión de un Nadal que en ese mismo 2005 ganaría el primero de sus ocho títulos en Roland Garros, sino por la historia instalada por el propio Gaudio en una entrevista en 2011.
«Rompió todas sus raquetas, las siete. Pensé que estaba loco. No perdió con cualquiera. Yo jugaba bien en polvo de ladrillo y había ganado Roland Garros (en 2004), pero Rafa sintió la derrota como un fracaso, no lo podía soportar», recordó Gaudio, que por entonces definió a Nadal como «un elegido».
Pero lo cierto es que el estallido de furia del que habló el imprevisible argentino nunca existió y pareció tratarse más bien de una broma interna entre ambos jugadores. El español se encargó recientemente de aclarar con una sonrisa que no sólo no rompió ninguna raqueta aquella noche, sino que jamás lo hizo en toda su carrera.
Ese lejano recuerdo fue lo último que el público argentino, fanático como pocos por el tenis, pudo atesorar de quien se convertiría luego en uno de los mejores de la historia.
El complejo calendario de una estrella como Nadal y la falta de torneos de primer nivel en el país atentaron contra el reencuentro, pero también el destino jugó una mala pasada.
El primer y tal vez mayor desencuentro ocurriría en 2008, cuando el español debió bajarse de la final de la Copa Davis por unos problemas de rodilla que ya causaban estragos.
Lo ocurrido en aquella serie en Mar del Plata, heroica para la España de Feliciano López y Fernando Verdasco y traumática para Argentina, terminaría dejando en un segundo plano la ausencia de Nadal. Aunque seguramente más de uno pensó que el partido que jugaron Nalbandian y el español en la cancha rápida de Córdoba el jueves debió ocurrir cinco años atrás.
Nadal tampoco pudo pisar suelo argentino en su reciente gira de febrero por Latinoamérica, cuando regresó al tenis tras siete meses y dio sus tímidos primeros pasos en su soñado 2013. El torneo de Buenos Aires tuvo la desgracia de caer en la semana de descanso del español, que perdió en la final de Viña del Mar y se coronó en Sao Paulo y Acapulco.
Pero un año después, todo podría ser bien diferente. Según aseguran medios argentinos, es «muy probable» que Nadal juegue en 2014 el ATP de Buenos Aires, uno de los poquísimos torneos sobre arcilla que jamás ha podido ganar. Y así, no dejar dudas de que la deuda argentina ya está definitivamente saldada.
Por Tomás Rudich