La moda para esquiar parecía siempre igual temporada tras temporada: chaquetas y pantalones en verde fuerte, rojo neón, naranja y un amarillo que normalmente solo se ve en rotuladores. Esto tenía su lógica: quien baja a toda velocidad por las pendientes quiere que otros esquiadores lo reconozcan fácilmente. Ahora, sin embargo, la variedad de colores está cambiando y cada vez más empresas ofrecen colecciones más oscuras.
Esto último también es lógico: «Al deportista, y me incluyo a mí mismo, le gusta llevar en el día a día la misma moda que también lleva cuando se dedica a su hobby, el deporte», dice el diseñador de moda alemán Michael Spitzbarth.
Son precisamente los ciclistas a los que les viene bien la moda de esquiar en invierno: también en la calle les mantiene secos y calientes. «Sin embargo, debe ser adecuada para el uso diario, porque una chaqueta de un color chillón no se ve bien en la oficina».
Y hay también otro motivo que explica el cambio en los colores: la durabilidad. «Si compro una chaqueta de esquí por 400 euros, quiero que me la pueda poner durante más tiempo que solo una temporada», explica Spitzbarth. Todo el mundo puede comprender esto. La ropa llamativa cansa más rápidamente. Por esto, actualmente también los estampados se vuelven más decentes, señala este experto en moda de la marca Bleed Clothing.
Este cambio toca sobre todo la fibra sensible de quienes solo practican ocasionalmente el deporte de invierno, los que cada temporada solo se lanzan cuesta abajo por las pistas en esquí o snowboard durante una semanita de vacaciones o algunos fines de semana. Paralelamente, sin embargo, la ropa de colores vivos mantiene una amplia presencia en las tiendas: sigue siendo muy solicitada por quienes hacen excursiones en los altos de los Alpes, por ejemplo, para que, en casos de emergencia, sean fáciles de reconocer.
Por esta razón, un fabricante como Haglöfs, por ejemplo, ofrece ambas cosas: tanto tonos tierra como colores chillones con nombres como Volcanic Pink o Firecracker. Otros fabricantes, tales como Atomic, Mammut o Columbia, proponen combinar prendas de tonos vivos con elementos decentes en los colores gris, negro y blanco.
Esta tendencia ya se podía apreciar en la feria de artículos deportivos Ispo, que se celebró el pasado mes de enero en Múnich. En las colecciones presentadas por las empresas para el invierno 2014-2015 se veían muchos tonos grises y marrones. También están de vuelta los estampados de camuflaje. Sin embargo, los colores vivos no han desaparecido.
En la temporada que acaba de comenzar predominan en la ropa para esquiar el amarillo, un lavanda intenso, verdiazul, así como tonos rojos. En la ropa para quienes practican el snowboarding, los tonos que marcan la tendencia son el dorado, el verde bosque, el rojo burdeos, el berenjena o el azul índigo. El profesor de esquí Alexander Dillig todavía ha observado colores neón en las colecciones, «pero no como en los años 80, o sea, todo completamente neón, sino solo como toques llamativos en costuras de contraste y cremalleras».
Por Simone Andrea Mayer (dpa)