Washington, 8 feb (dpa) – La admisión del embajador designado para Argentina, Noah Mamet, de que no ha visitado jamás el país que aspira a representar es la gota que ha colmado la paciencia de un Estados Unidos que empieza a cuestionar la aparente tendencia de su presidente, Barack Obama, a elegir a sus máximos diplomáticos más por el dinero que ponen en su campaña que por su capacidad para ejercer un puesto tan delicado.
Y es que Mamet, quien en una audiencia de confirmación este jueves admitió que pese a llevar más de seis meses nominado -fue anunciado en julio del año pasado- no ha tenido aún «ocasión» de viajar al país donde pretende establecerse como representante oficial de Estados Unidos, no es el único lapsus diplomático de los últimos tiempos.
En enero, en otra audiencia que promete hacer historia -empieza ya a ser un éxito en youtube (http://dpaq.de/0fxX0)- George Tsunis, aspirante a convertirse en el embajador estadounidense en Oslo, demostró no saber siquiera que Noruega es una monarquía -habló de «gobierno parlamentario» y de «presidente» en vez de primer ministro- ni que el populista de derechas Partido del Progreso ocupa varias carteras ministeriales.
«Tiene razón», tuvo que repetir una y otra vez un cada vez más nervioso Tsunis ante cada corrección que le hacía el por su parte cada vez más irritado senador republicano John McCain.
Tampoco Tsunis ha puesto jamás pie en el país donde pretende instalarse como embajador.
«No tengo más preguntas para este grupo de nominados increíblemente cualificado», acabó diciendo, irónico, el veterano senador republicano.
Según la prensa estadounidense, Mamet ha recaudado alrededor de un millón de dólares para las campañas presidenciales de Obama en 2008 y 2012. Tsunis también ha sido un generoso donante del Partido Demócrata.
En Estados Unidos es habitual que algunos de los grandes donantes o recaudadores de fondos para las campañas presidenciales reciban, como premio, una embajada.
Así sucedió entre otros con el nuevo embajador en España, James Costos, un alto ejecutivo de Hollywood y, también, uno de los principales recaudadores de fondos para la reelección de Obama en 2012.
Durante mucho tiempo se rumoreó también el «premio» de Londres o Tokio para otra famosa y glamourosa recaudadora de fondos para Obama, la directora de «Vogue» Anna Wintour, quien finalmente sin embargo parece haber preferido seguir al frente de la icónica revista en Nueva York.
El diario «The New York Times» afirmaba el año pasado que aquellos que habían donado o recaudado más de un millón de dólares estaban «presionando duro» para lograr algún nombramiento.
«¿Cuánto cuesta ser nombrado embajador en el gobierno de Obama?», preguntó al respecto este viernes en la rueda de prensa diaria del Departamento de Estado un periodista a raíz del último caso, el de Mamet.
«El Departamento de Estado no nombra a los embajadores, es la Casa Blanca», eludió responder la tensa portavoz, Jen Psaki, quien afirmó pese a todo que el actual gobierno respeta la regla de mantener una cuota de aproximadamente 70-30 por ciento: un 70 por ciento de diplomáticos de carrera y un 30 por ciento de nombramientos de la «sociedad civil», en otra palabra, políticos.
Pero últimamente Obama no parece acertar ni siquiera entre los más veteranos.
«No soy un verdadero experto en China», confesaba el ex senador Max Baucus en su audiencia de confirmación como nuevo embajador en Pekín.
«No se puede juzgar la capacidad de alguien o su papel como embajador hasta que ha pasado algún tiempo haciendo ese trabajo en el país», trató de contrarrestar los cuestionamientos la portavoz del Departamento de Estado.
Unas palabras que quizás se habría callado de saber que de inmediato un reportero le iba a recordar que, según una investigación propia del Departamento de Estado, entre otros embajadores «políticos» de Obama está el enviado a Bahamas que se tomó 270 días pesronales en los 18 meses que permaneció en el puesto y que el embajador en Bélgica está siendo investigado por solicitar los servicios de prostitutas en un parque frente a su casa.
Por Silvia Ayuso