Washington, 16 jul (dpa) – La OEA abordará la crisis en Nicaragua este miércoles por tercera vez en una semana. El grupo de siete países que, con Estados Unidos a la cabeza, busca la aprobación de una resolución que exhorta a Daniel Ortega a apoyar un «calendario electoral» en el país centroamericano solicitó hoy una nueva reunión extraordinaria del consejo permanente.
La cita es el miércoles a las 11 de la mañana en la sede principal que la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene en Washington. Junto a Estados Unidos, los convocantes son Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica y Perú.
«La violenta represión del Gobierno a través del uso de maras sandinistas es inaceptable. Estados Unidos hará rendir cuentas a los violadores de derechos humanos», proclamó el domingo en Twitter el embajador de este país ante la OEA, Carlos Trujillo, tras los nuevos episodios de violencia en Nicaragua.
Entre ellos está el asedio a la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), el último bastión de la resistencia estudiantil, por parte de grupos armados leales a Ortega que también atacaron otros lugares. Numerosos países americanos rechazaron estos nuevos ataques durante los últimos días.
«Cada víctima adicional de esta campaña de violencia e intimidación sigue minando la legitimidad de Ortega», manifestó hoy Estados Unidos a través del Departamento de Estado, en un comunicado en el que llamó al ex guerrillero sandinista a «poner fin inmediatamente a su represión» a su pueblo.
«El Gobierno de Nicaragua debe atender inmediatamente la llamada del pueblo nicaragüense a reformas democráticas. Elecciones anticipadas, libres, justas y transparentes son el mejor camino para regresar a la democracia y a los derechos humanos en Nicaragua», añadió.
La resolución que hay desde el viernes sobre la mesa en la OEA exhorta al Gobierno de Ortega a «que apoye un calendario electoral acordado conjuntamente en el contexto del proceso de Diálogo Nacional».
En ese diálogo, la Alianza Cívica, que es la alianza opositora, pidió elecciones anticipadas y la Iglesia católica, que actúa como mediadora, aceptó la petición, por lo que la llamada en el borrador de resolución se entiende en ese sentido.
«Hemos dicho claramente que una exigencia de decir ‘adelante las elecciones’ o ‘vamos a hacer un cambio de Gobierno mañana o pasado mañana’, un golpe de Estado, una ruptura del orden constitucional, Nicaragua no lo permite», dijo el viernes pasado en los pasillos de la OEA el canciller del país centroamericano, Denis Moncada.
A última hora de la tarde de este lunes, pese a haber sido convocado «con el objeto de continuar considerando la situación en la República de Nicaragua», el consejo permanente extraordinario del miércoles carecía aún de orden del día y no hacía mención a la resolución presentada el viernes.
Desde el pasado 22 de julio, cuando la OEA celebró la primera reunión sobre la crisis nicaragüense, el tema ha ido ganando importancia en una organización que hasta hace poco y durante más de dos años ha estado centrada en la situación en Venezuela.
La semana pasada tuvieron lugar dos consejos permanentes -el del viernes fue extraordinario-, en los que abordó la peor crisis en décadas en el país centroamericano.
Esta vuelve el miércoles allí, justo el día en el que se cumplen tres meses de protestas contra Ortega con un balance de muertos que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cifra en 273 y organizaciones de dentro del país elevan a más de 300.
«La condición para cualquier salida a la crisis en Nicaragua es el respeto a la vida y el rechazo de la violencia y represión», manifestó hoy el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, en Twitter.
Abrao y la CIDH están actuando con referentes tanto para la comunidad internacional como para la propia población nicaragüense. La Comisión tiene sobre el terreno al Mecanismo Especial de Seguimiento (MESENI) que creó para monitorear la situación en el país centroamericano y al equipo de expertos internacionales, el llamado GIEI, cuya formación impulsó para investigar la violencia allí tras su visita de mayo a Nicaragua.
En el informe más reciente, que Abrao presentó ante el consejo permanente de la OEA el 22 de junio, la CIDH denunció un deterioro y una profundización de la grave crisis de derechos humanos en el país e instó a la comunidad internacional a pronunciarse y exigir a Ortega que ponga fin inmediato a la represión y las violaciones de los derechos humanos.
El malestar con el ex guerrillero sandinista no es nuevo, sino que se remonta a mucho antes de esta ola de protestas. La oposición denunció fraude en los comicios municipales de 2008 y en los presidenciales de 2011. De los de 2016, en los que fue reelegido Ortega con el 72,5 por ciento de los votos, fue excluida la principal alianza opositora.
Por Sara Barderas (dpa)