La Guardia Civil de Gijón informó recientemente a través de un comunicado de prensa que en estos últimos días se han detenido a 6 personas. Se trató de una investigación dirigida a la desarticulación de un grupo criminal, dedicado a la perpetración de robos en establecimientos públicos de hostelería de varias ciudades y localidades de Asturias.
En los últimos meses se han venido produciendo, principalmente en poblaciones de la zona centro de Asturias, una serie de sustracciones de vehículos que tenían como fin la perpetración de robos en bares, cafeterías y restaurantes tanto de Oviedo, Gijón, Avilés como de poblaciones de los municipios de Llanera, Corvera de Asturias, Siero, Langreo y Villaviciosa.
El modus operandi empleado tenía como elemento común, que eran trasladados en un vehículo “legal” el grupo formado siempre por 3 personas hasta una población alejada de su residencia habitual.
En esta población buscaban un vehículo que tenía que tener unas características determinadas, como es su pertenencia al Grupo VAG, preferente de la marca Seat, Volkswagen o Audi, proceder a la sustracción del mismo para lo cual tras forzar la cerradura de una de las puertas, accedían al conector OBD mediante una herramienta adquirida a través de Internet, desactivando el inmovilizador electrónico, consiguiendo su puesta en marcha.
Otra característica de los vehículos que buscaban era, que se tratase de modelos matriculados entre los años 2001 y 2008 por sus altas prestaciones, lo que facilitaba sus rápidos desplazamientos y huidas.
Con el vehículo sustraído, se trasladaban a otra población y tras apoderarse de un registro de alcantarilla, buscaban un establecimiento de hostelería que tuviera máquina recreativa y no dispusiera de verja exterior. Para la comisión, uno de los autores permanecía en las inmediaciones del vehículo con el motor en marcha, mientras que los otros dos fracturaban la puerta o la cristalera del establecimiento.
Una vez en su interior, con el registro de alcantarilla golpeaban la máquina recreativa hasta que conseguían su apertura y se apoderaban de los cajetines de monedas, sin olvidarse tampoco de la máquina registradora, botes de propinas, pequeñas cajas de caudales y lotería. Estas acciones en algunas ocasiones no duraban más de 30 segundos. Dándose a la fuga a gran velocidad por las calles y carreteras, que hacía imposible su persecución.
Para garantizar su impunidad y dificultar lo más posible su identificación, recurrían a ocultar sus caras con pasamontañas, bufandas tubulares y gorras, sobre las que a su vez se ponían las capuchas de las prendas de vestir que utilizaban. Empleaban guantes para no dejar sus huellas, así como ropas oscuras y de tipo deportivo.
Finalizada su acción, huían a gran velocidad y se desplazaban rápidamente a otra población donde repetían la acción en otro establecimiento de hostelería. Llegando en alguna ocasión en una misma noche a sustraer dos vehículos y perpetrar hasta cuatro robos en establecimientos en otras tantas poblaciones.