Madrid, 22 oct (dpa) – La integrante del grupo independentista armado ETA Inés del Río abandonó hoy la prisión española de Teixeiro, horas después de que la Audiencia Nacional de España ordenara su excarcelación en cumplimiento de la sentencia dictada ayer por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo.
Un grupo de familiares y amigos esperaba a la etarra, que salió de prisión a las 16:25 horas (hora local, 14:25 GMT), después de 26 años, y fue tapada con una gran bandera del País Vasco, símbolo nacionalista, para evitar fotografías y filmaciones por parte de la prensa.
Dos personas increparon a la excarcelada a su salida con gritos de «asesina» mientras blandían una bandera española con el escudo tachado.
Sin hacer declaraciones, Del Río y sus acompañantes abandonaron la prisión en cuatro turismos.
La liberación de la integrante de ETA se materializó 30 horas después del fallo del TEDH que anuló la llamada «doctrina Parot» y transcurridas seis horas de la decisión adoptada por unanimidad por la Audiencia Nacional de España.
Del Río fue condenada entre 1988 y 2000 por 23 asesinatos. Su puesta en libertad estaba prevista en 2008, de acuerdo al Código Penal de 1973, por el que fue condenada.
Pero la entrada en vigor de la «doctrina Parot» dos años antes extendió su condena hasta 2017, al aplicar los beneficios penitenciarios a cada una de las penas en lugar de hacerlo sobre el máximo legal de permanencia en prisión en España, entonces de 30 años.
Del Río recurrió la «doctrina Parot» al TEDH y éste le dio ayer la razón, alegando irregularidades en «la privación de libertad de la demandante» y una vulneración del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
La sentencia del TEDH abre las puertas a otros casos similares. Los abogados de Del Río ya han anunciado que solicitarán la puesta en libertad de 56 reclusos a los que se aplicó retroactivamente dicha jurisprudencia.
Desde que el TEDH anunciara su fallo, las reacciones no han cesado en España. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, que afirmó la continuidad de su «lucha antiterrorista», tildó de «doloroso» el cumplimiento de la sentencia.
Las víctimas de ETA expresaron su «dolor» y «rechazo» a la decisión judicial.
La izquierda independentista vasca lo consideró «una buena noticia» y una «oportunidad» para cambiar la política penitenciaria en España.