En estos días he leído en algún medio de comunicación que los colegios que segregan a su alumnado por sexo; esto es, “los niños con los niños, las niñas con las niñas”, tendrán ayudas públicas sin necesidad de ningún tipo de justificación.
El Gobierno de España, en manos del Partido Popular, hará un nuevo daño a la educación pública de nuestro país deteriorando una nueva conquista democrática: el principio de igualdad, llevándonos a etapas pasadas que muchos de nosotros creíamos ya superadas.
Este derecho lo eliminan en una nueva Ley de Educación que cuenta solamente con el apoyo de su partido que, con su mayoría absoluta, se muestra incapaz de buscar un consenso en materia de educación, despreciando a toda la comunidad educativa: profesores, padres y alumnos y a los interlocutores sociales y políticos.
Impone una contrarreforma segregadora que no resuelve los problemas reales de la educación, conculca el principio de igualdad de oportunidades, promueva un sistema de reválidas con efectos punitivos y no formativos, niega la diversidad lingüística de las comunidades autónomas, limita la participación de la comunidad educativa vaciando de competencia los consejos escolares e instala, sobre todo, un modelo elitista, donde el que más tiene podrá estudiar y los que menos que se busquen la vida.
Pero eso sí y, además, importará más la religión católica, a petición de la jerarquía eclesiástica, verdadera inspiradora de gran parte de esta ley.
Hace unos meses, en la celebración del 25 aniversario del nacimiento del Colegio Poeta Antón de Marirreguera de Candás tuve ocasión de dirigirme al auditorio compuesto por padres y profesores. Hacía unos días que el Consejo de Ministros del Gobierno de España había aprobado el texto de la Ley para su remisión a las Cortes. Entonces manifesté mi preocupación por lo que venía y comenté que a los tres días de esta decisión, la Conferencia Episcopal Española declaró: “La enseñanza religiosa está al servicio de la evangelización por lo que “ha de hacer presente en la escuela el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes”.
Es obvio que con esta reforma el PP está pagando los servicios prestados por la iglesia.
¿Va a ser realmente una reforma educativa?.
Ángel Riego.