Pekín, 7 ago (EFE).- Familiares, activistas y algunos abogados defensores de los derechos humanos mostraron su inquietud ante la situación del letrado Gao Zhisheng, nominado al Nobel de la Paz en 2009, quien en principio debería haber sido liberado hoy tras concluir su condena de más de dos años de prisión.
«Antes de las 10 de la mañana (2.00 GMT) hablé hasta cuatro veces con su hermano (Gao Zhiyi) y escuché un audio en el que pude confirmar que ya había salido de la cárcel», dijo hoy a Efe por teléfono el activista Hu Jia.
Hu, amigo de Gao, afirmó también estar «muy seguro de que hay policía junto a ellos», y dijo que el hermano de Gao le había dicho por teléfono que «ahora no le convenía hablar», lo que había disparado sus sospechas.
Por su parte, el también abogado de derechos humanos Teng Biao aseguró a Efe desde Hong Kong que «estoy siguiendo el caso, pero aún no se sabe nada claro. Ni siquiera su esposa Geng He (que huyó a EEUU con sus hijos debido al acoso que padecía en China) sabe qué ocurre, y está muy preocupada».
Gao, uno de los más afamados defensores de los derechos humanos en China, en teoría iba a ser puesto hoy en libertad desde la prisión de Shaya (región noroccidental de Xinjiang) tras cumplir más de dos años de condena por «incitar a la subversión», señaló a Efe Maya Wang, portavoz de Human Rights Watch en Hong Kong.
Wang consideró que, de momento, la única fuente que maneja con certeza datos sobre la situación de Gao es Hu Jia, cercano a la familia y quien está en contacto directo con Gao Zhiyi.
El caso de Gao es uno de los que más críticas han despertado tanto dentro como fuera de China, después de que haya sido detenido, aislado y torturado en distintas ocasiones desde que fuera condenado a una pena suspendida de cinco años de cárcel (en la práctica libertad vigilada) por «incitar a la subversión contra el poder» en diciembre de 2006.
Sin embargo, en 2007, mientras cumplía la pena suspendida, Gao -quien representó a miembros de la organización religiosa Falun Gong, ilegal y muy perseguida en China- fue secuestrado y detenido durante más de cincuenta días, durante los cuales fue «brutalmente torturado», según él mismo explicó.
Entre otras torturas, el abogado detalló con crudeza en un informe que salió después a la luz a través de organizaciones de derechos humanos cómo varios verdugos le propinaron palizas de forma constante, orinaron y defecaron sobre él, le sometieron a descargas eléctricas en sus genitales o apagaron cigarrillos en su rostro.
En febrero de 2009 fue sacado a la fuerza de su casa en la provincia de Shaanxi (centro) y, un año después, apareció en un canal estatal chino renunciando a sus actividades procesales en un vídeo que, según Human Rights Watch, estaba «claramente trucado».
Desde entonces, la familia no supo nada más de Gao. En diciembre de 2011, apenas seis días antes de que expirara la sentencia de cinco años de cadena suspendida, las autoridades chinas la revocaron y le condenaron a dos años más en la prisión de Shaya, en la región autónoma de Xinjiang, donde en principio ha permanecido hasta hoy.