Madrid/Estocolmo, 20 nov (dpa) – El sueco Zlatan Ibrahimovic cree que un Mundial sin él no merece la pena, pero la verdad es que su relación con el evento futbolístico más importante fue siempre de desamor.
«Una cosa está clara: un Mundial sin mí es algo que no merece la pena verse», disparó el excéntrico delantero tras la derrota de Suecia en Solna por 3-2 ante Portugal, que dejaba a su equipo fuera de Brasil 2014.
«No pudimos hacerlo mejor. Nos merecíamos estar en la Copa del Mundo. Fuimos segundos en un grupo donde jugaba el mejor equipo de Europa, Alemania», añadió el sueco.
Ibrahimovic anotó el martes los dos goles de su equipo, pero su esfuerzo fue inútil ante la exhibición del portugués Cristiano Ronaldo, que logró un «hat-trick» en Suecia y también el 1-0 de la ida en Portugal.
«Sinceramente, Portugal fue mejor que nosotros. Mejor equipo», admitió el capitán sueco. «Así es el fútbol. Hay que estar concentrados. Nos enfrentábamos a Ronaldo y, ¿cuáles son sus cualidades? El contraataque. Es letal. Nos hizo tres goles al contraataque. Así es».
«Ahora sólo queda desearles la mejor de las suertes. Nosotros estamos fuera», agregó.
De hecho, Ibrahimovic podría estar fuera de los Mundiales para siempre. A sus 32 años, el propio jugador puso en duda en su aplicación personal, «Zlatan Unplugged», su compromiso con Rusia 2018.
«Este fue probablemente mi último intento de ir a un Mundial», dijo el delantero del Paris Saint Germain, que no pudo dejar su genial impronta en la máxima cita del fúbol.
El delantero sueco estuvo presente en Corea/Japón 2002 y Alemania 2006, pero en ambas ocasiones su participación fue modesta y Suecia fue eliminada en octavos de final.
En el torneo asiático, Ibrahimovic tenía sólo 20 años y jugó apenas dos partidos saliendo desde el banquillo. En Alemania, ya consolidado en la punta de ataque, no pudo marcar ningún gol en todo el campeonato.
Al igual que en esta ocasión, Suecia se quedó también fuera del Mundial de Sudáfrica 2010.
Si sigue en activo, Rusia le llegaría a Ibrahimovic con casi 37 años, pero nada parece imposible para una personalidad como la del sueco.
«Cuanto más años pasan, mejor jugador soy», dijo hace un tiempo el excéntrico y genial jugador sueco. «Soy como un buen vino».
Por Ignacio Naya