(dpa) – Triple cámara, modo nocturno y super zoom, los smartphones actuales ofrecen funciones de cámara profesionales y desde hace mucho tiempo hacen posible grabar incluso en resolución 4K, pero ahora los gimbal ofrecen mayores posibilidades a los aficionados.
Tanto para artistas profesionales como aficionados, para colgar vídeos de alta calidad en Internet o de uso doméstico, las opciones que proporcionan los móviles son cada vez mayores. Y a todo ello se añaden accesorios que permiten alcanzar casi la perfección.
Aquí es donde entran en juego los soportes para teléfonos móviles que, cuando están motorizados, proporcionan una estabilización adicional de la imagen. El resultado son imágenes en movimiento suaves y sin sacudidas.
Lo que los compradores necesitan saber antes y después de la compra de un gimbal:
– Decisión de compra: No todos los aficionados necesitan un gimbal. Los teléfonos inteligentes más nuevos, por ejemplo, ya ofrecen de fábrica una estabilización óptica o digital de la imagen, que permite compensar la vibración del movimiento y las vibraciones.
«Quien grabe películas exclusivamente caseras puede estar satisfecho. Pero aquellos que crean películas más largas y después las editan, ponen a prueba rápidamente los estabilizadores incorporados en los smartphones», dice Blasius Kawalkowski, de la revista online «Inside-digital.de». En este caso, recomienda un gimbal.
– Funciones: Muchos fabricantes de gimbals para smartphones ofrecen diversos modelos con numerosas funciones que cubren diferentes áreas de aplicación. Por ejemplo, no todos los gimbal permiten grabar en formato vertical, una función indispensable para redes sociales como Instagram.
Tim Metzger, del portal tecnológico «Netzwelt.de», aconseja a los compradores que contemplen algunas cuestiones antes de comprar un gimbal. «¿Cuántos grados puede girarse, inclinarse y regularse el gimbal? ¿Se puede regular para grabar fácilmente desde un ángulo bajo?», advierte.
También hay que tener en cuenta la carga útil máxima, es decir, el peso máximo del smartphone portado. «Muchos gimbal no funcionan correctamente cuando se excede el peso máximo», señala Metzger
«Entonces los motores se bloquean, pero al mismo tiempo intentan proporcionar toda la potencia», reitera a la vez que señala que esto dañaría permanentemente el gimbal al sobrecalentarse.
– Software: Los fabricantes de gimbals suelen ofrecer aplicaciones gratuitas de desarrollo propio. Normalmente la app del fabricante reemplaza a la aplicación de la cámara del smartphone, explica Daniel Schraeder, del portal especializado «Heise.de».
El especialista señala que estas apps proporcionan más ventajas, ya que «a menudo ofrecen ajustes más precisos de la cámara y de la exposición para conseguir una mayor intervención en el efecto de la imagen» por parte del usuario.
Schraeder dice que «además, el gimbal proporciona funciones que enriquecen o simplifican el trabajo de grabación, como los movimientos automáticos de la cámara, el lapso de tiempo, las tomas panorámicas o una función de seguimiento en la que el objetivo de la cámara sigue automáticamente un objeto seleccionado previamente».
– Batería: Los motores, los sensores y la conexión inalámbrica a un teléfono móvil también requieren una generosa fuente de alimentación. Sin embargo, las baterías incorporadas son raramente duraderas. Las baterías de un gimbal necesitan ser recargadas después de unas cuantas horas de uso.
«Si estás fuera de casa, lo mejor es llevar una batería portátil para recargar el gimbal», aconseja Kawalkowski. «Es molesto cuando estás a punto de grabar y la batería del gimbal empieza a agotarse», añade.
– Precio: No hay que gastar mucho dinero para obtener un gimbal de buena calidad. El precio dependerá sobre todo de las funciones especiales que ofrezca el dispositivo elegido.
«Un gimbal de calidad cuesta entre 80 y 150 euros» (entre 88 y 165 dólares), dice Metzger, quien indica que el precio mínimo estaría entre 60 y 70 euros. Para él, más baratos no son nada recomendables.
Por Julia Froolyks (dpa)