Nueva York, 25 ene (dpa) – Por primera vez, tanto las herramientas conceptuales como las físicas que Ferran Adrià utiliza en su proceso creativo podrán ser contempladas en el Drawing Center de la Gran Manzana de Nueva York, en una ambiciosa exposición que sintetiza 20 años de innovación en la cocina por parte del reputado chef español.
“Si la cocina es arte o no es irrelevante, lo importante es entender que, efectivamente, hay vanguardia en la cocina”, aseguró Ferran Adrià durante la inauguración, el viernes. Visiblemente satisfecho por el resultado de una muestra que enfatiza su manera de entender la inventiva, el chef afirmó que lo interesante es “el diálogo que puede aportar» la creatividad.
Según Adrià, de 51 años, la exposición “enseña el proceso creativo desde la primera idea hasta llegar a la mesa”. “Poca gente conoce cómo se preparan los platos, no es un juego ni una improvisación, sino una preparación minuciosa y un proceso de creatividad, que se realiza en equipo y que atraviesa varias fases”, añadió.
“Cada persona que se dedica a la creatividad tiene un DNI y en función de eso su creatividad cambia. En la cocina no es diferente a otras disciplinas”, confesó. “Mi propio DNI creativo ha cambiado y evolucionado en estos años, no es el mismo trabajando solo, como lo hice al principio, al que es ahora que lo hago con un equipo multidisciplinar”.
Adrià reconoció que la exposición “le hizo recordar recetas que había olvidado” y afirmó que su proceso creativo “sigue vivo”. En este sentido, Bulli DNA, el proyecto que por primera vez en la historia de la gastronomía clasifica productos y conceptos del mundo gastronómico, es “la evolución más radical del modelo del proceso creativo”.
La exposición “Ferran Adrià, Notes on Creativity” (Ferran Adrià, apuntes sobre creatividad) muestra a través de gráficos, pinturas y fotografías la evolución creativa del considerado mejor chef del mundo. Junto a ellas, diversa documentación sobre el desarrollo de los menús, notas personales, modelos de comida en plastilina, bocetos de las vajillas, utensilios de cocina y hasta esquemas de las futuras oficinas de la Fundación El Bulli sumergen al visitante en la parte hasta ahora desconocida de su cocina de vanguardia.
Dos proyecciones ayudan, además, a comprender la importancia de este proceso creativo tras los fogones: la proyección de «Documenting Documenta» sobre la participación de Adrià en la documenta 12; y «1846», un largometraje cuyo título proviene del número exacto de las recetas creadas por Adrià y su equipo durante más de 20 años de trabajo.
Para Brett Littman, el director del Drawing Center, la exposición tiene el mérito de ser la primera en mostrar no sólo cómo Ferran trabaja y crea sino, específicamente, cómo el chef visualiza sus ideas. Littman cuenta con orgullo el largo proceso hasta la inauguración de la muestra, iniciado en una comida en El Bulli en 2010 y la fascinación tras conocer unos dibujos sobre nuevos menús que Ferran y su hermano Albert intercambiaban.
“Lo más importante de la exposición es el mapa de la creatividad con el que Adrià trabaja y sin el que no habría sido capaz de crear casi 2.000 nuevas recetas durante estos años”.
Junto al de la creatividad también se muestra el mapa del proceso culinario, considerado “el más complejo de la exposición” por el director del Drawing Art. Un proceso con el que se crea un lenguaje que todos los chefs pueden entender a través de la comida.
“Categorizar la comida es algo que no se había hecho anteriormente en la historia de la gastronomía”, subraya. “¿Qué es la comida? ¿Qué es la harina? ¿Quién fue la primera persona que rompió la cáscara de un huevo y por qué? Esas preguntas que los chefs normalmente no se hacen encuentran en ese diagrama del proceso culinario una base para ser respondidas”, afirmó.
Durante un mes, hasta el 28 de febrero, las ideas intelectuales y filosóficas sobre la gastronomía que han cambiado para siempre la manera de entender la comida están dispuestas para su interpretación en el Drawing Center, en pleno SOHO de la ciudad de Nueva York.
Por Sergio Rozalén