Bilbao, 2 jun (EFE).- El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha opinado hoy que el nacionalismo vasco «huye» de esa marca «porque forma parte de su credo político», no por el hecho de que esa imagen esté ligada a la corrupción o la crisis económica.
En una conferencia organizada por «Fórum Europa. Tribuna Euskadi» en Bilbao, Espinosa de los Monteros ha asegurado que los casos de corrupción «no han tenido una gran incidencia en la imagen exterior de España».
«La corrupción es una realidad bastante significativa en España», pero también en otros países del entorno y lo que «hemos hecho ha sido caminar por un mal camino e irnos pareciendo a ellos», según su análisis.
«No hemos percibido que la corrupción haya sido un elemento diferenciador que haya perjudicado a la Marca España» en el exterior, aunque sí ha tenido un efecto devastador en el seno del país, donde ha generado «una pérdida de fe de los ciudadanos en muchas de las instituciones», ha advertido el alto comisionado.
A su juicio, «quien huye de la marca España lo hace porque forma parte de su credo político el no apoyar iniciativas unidas a la palabra España», ha dicho en referencia a los nacionalistas.
Preguntado por la marca Euskadi, Espinosa de los Monteros ha afirmado que, según sus datos, «no existe» un nivel de conocimiento de una región a nivel mundial, porque se identifican significativamente ciudades o países.
España es conocida por unos 5.000 millones de personas en el mundo, pero «no existen territorios o regiones» que tengan reconocimiento mundial, ha asegurado.
Respecto al debate independentista de Cataluña, Espinosa de los Monteros ha considerado que ha podido «generar una moderada inquietud» entre los analistas internacionales que influyen en los inversores extranjeros, pero se hace «desde el convencimiento de que no pasará nada».
A su juicio, «si pasa algo, indudablemente, tendrá consecuencias graves» y quien más «sufrirá» esa escisión sería «la rama que queda desgajada del tronco», en referencia a Cataluña.
El alto comisionado de la Marca España ha dicho que «hoy por hoy, el punto más fuerte para vender» este país es que «sea percibido como simpático y agradable», ya que destaca en sus «valores cálidos, que hacen referencia al estilo de vida y al disfrutar».
Por el contrario, los puntos débiles de la imagen de España en el exterior siguen siendo los valores fríos, que se refieren al rigor, la seriedad, la puntualidad, la limpieza y el cumplimiento de lo pactado.
La marca España tendrá que insistir en mejorar la percepción de que «es un país donde la gente trabaja y con seriedad, con una alta productividad, frente a los estereotipos actuales».
«Éste no es un país donde se duerme la siesta», ha sentenciado el alto comisionado.
Según ha explicado, cuando fue designado como embajador de la imagen de España en verano de 2012, los datos sobre los desequilibrios macroeconómicos y del paro habían suscitado una desconfianza en el exterior que ha empezado a cambiar.
La labor de la Marca España para atraer inversores, facilitar las exportaciones y presentar su atractivo país como destino para turistas y estudiantes se ha centrado en anular «clichés antiguos», ha remarcado Espinosa de los Monteros.