BANGKOK (dpa) – Hace tiempo, se pensaba que el dengue era una enfermedad que afectaba sólo a las regiones más pobres. Pero lo cierto es que el mosquito transmisor del virus se ha expandido especialmente en las grandes ciudades del sudeste asiático. Y además, desde hace unos años también han vuelto a darse infecciones en los países industrializados de Occidente.
Recientemente, el Centro Europeo para el control de Infecciones (ECDC) informó de casos de dengue en la isla portuguesa de Madeira desde el pasado mes de octubre. En Niza, en la Costa Azul francesa, y en Croacia, también se han producido casos aislados desde 2010. Ese mismo año, Miami (Florida) anunció su primer caso en medio siglo. Y en Italia, el mosquito Aedes aegypti se siente ya como en casa.
«Puede que la causa de esto sea el cambio climático, pues allá donde aumentan las temperaturas el mosquito del dengue puede transmitir el virus durante un mayor período de tiempo», explica Pratap Singhasivanon, profesor de medicina tropical en la Universidad Mahidol de Tailandia. El mosquito necesita aguas limpias y estancadas para reproducirse. Y en la época de lluvias, las ciudades del sudeste asiático ofrecen estas condiciones como pocos lugares.
El año pasado, en India murieron 216 personas debido a esta enfermedad, también conocida como «fiebre rompehuesos o quebrantahuesos» debido al fuerte dolor que provoca. En 2012 el país sufrió un récord de casos de dengue, mientras que en Tailandia las infecciones en la primera mitad de 2013 se han triplicado con respecto al año anterior. Incluso Singapur, tan fanático de la limpieza, sufre actualmente una epidemia de dengue como no se veía desde 2007.
Para combatir la fiebre, hay que eliminar los mosquitos de los lugares de incubación. Por eso, en Filipinas una nueva campaña insta ahora a los ciudadanos a limpiar diariamente su vivienda y patio y retirar viejos maceteros, neumáticos o cubos en los que pueda acumularse agua. «No hay nada mejor que la prevención», sostienen los iniciadores del programa, dependiente del Ministerio de Sanidad.
Otros países son más agresivos: Malaisia está experimentando con mutaciones de mosquitos, que atacan y matan al Aedes aegypti. Una universidad de Singapur está desarrollando una aplicación para smartphones con la que cualquiera puede fotografiar los focos de incubación de mosquitos y enviar las imágenes a las autoridades competentes. Tailandia está probando una vacuna de la farmacéutica francesa Sanofi en escolares de la provincia de Ratchaburi, aunque hasta ahora sólo inmuniza contra tres de los cuatro subgrupos de dengue.
Hace décadas que se investiga para lograr una vacuna, pero resulta complicado debido a que ésta tiene que inmunizar al mismo tiempo contra los cuatro subgrupos. Con todo, Pratap Singhasivanon es optimista: «Creo que tendremos una vacuna contra el dengue antes de que llegue la vacuna contra la malaria», señala. Además de la vacuna de Sanofi, otras cuatro o cinco farmacéuticas están desarrollando sus propias variantes.
Con todo, puede que la perspectiva de una vacuna tranquilice a los ricos países occidentales en los que están apareciendo los primeros casos de dengue. Pero para el sudeste asiático el problema no acaba ahí: «Aunque la vacuna sea eficaz, no significa que se ponga en marcha un programa nacional de vacunación, pues habrá que tener en cuenta los costes», señala Andi Muhadir, director del centro indonesio para el control de infecciones.