Zaragoza, 5 dic (EFE).- Dulces elaborados por conventos de clausura y monasterios de toda España pueden comprarse desde hoy en la feria Expoclausura, que llega por primera vez a Zaragoza con el objetivo de promover la venta de productos de repostería conventual y ayudar a las congregaciones participantes.
Turrones, mazapanes, polvorones y marquesas son los reclamos principales por las fechas, pero también se pueden encontrar hojaldres, galletas, pastas y mermeladas e incluso vino dulce y moscatel, productos para completar la cesta navideña.
«Las monjas ya no viven de la caridad, viven de su trabajo», ha explicado a Efe el organizador de la muestra, Miguel Ángel Del Puerto Gil.
Los conventos tienen graves problemas y los dulces navideños son una manera de hacerles frente y recaudar dinero para tapar grietas.
Paredes y techos en mal estado, problemas de fontanería o electricidad y fallos en la calefacción, en aquellos conventos que disponen de ella, son algunos de los problemas «terrenales» a los que las hermanas deben enfrentarse.
A esto se une el envejecimiento de muchas congregaciones, que también se han visto reducidas en número: «en ocasiones quedan 5 hermanas, y la más joven de ellas tiene más de ochenta años», ha explicado Del Puerto Gil.
Algunas de las congregaciones ya no tienen capacidad física para salir adelante y muchos conventos están cerrando.
Órdenes como las Clarisas, Cistercienses, Dominicas o Benedictinas, procedentes de numerosas comunidades autónomas, se han dado cita hoy en esta feria para acercar a los ciudadanos la repostería conventual por una buena causa.
En esta muestra los visitantes pueden encontrar cajas con los dulces más dispares: desde las marquesitas de las Madres Dominicas de Toro (Zamora) al pan de Cádiz de las Hermanas Clarisas de Ávila.
Llaman la atención unos corazones de almendra y los huesos de santo de las Clarisas de Alcalá De Guadaira (Sevilla).
También los roscos de vino de las Hermanas Clarisas de Badajoz y sus «suspiros de almendra».
Los Padres Cistercienses de Santa María de Huerta (Soria), la única representación masculina en Expoclaura, son los autores de mermeladas de ciruela, melocotón, frambuesa y fresa.
Los visitantes pueden encontrar también unas originales piezas de mazapán con forma de guitarra, llegadas desde Toledo y elaboradas por las Madres Dominicas de la ciudad.
Las Hermanas Clarisas de Monzón (Huesca), conocidas por la calidad de sus turrones, son la representación aragonesa en esta primera edición de Zaragoza.
«Nosotras hemos enviado turrón de frutas, de yema, de chocolate con leche y de chocolate blanco», ha explicado a Efe Sor María Alegría, clarisa de Monzón, además de almendras reales rellenas de jijona, «hecha por las propias hermanas».
Estos dulces son un trabajo de toda la congregación: unas producen y otras empaquetan y el resultado es el trabajo de las 12 hermanas de la comunidad.
«Llevamos unos años con esto y ya hemos adquirido un poquito de fama», ha relatado la hermana, quien ha destacado que incluso reciben pedidos de particulares por correo electrónico desde Madrid.
«Estamos en la feria de Navideas de Monzón y nos venden en alguna tienda de Madrid, Zaragoza y Huesca», ha destacado.
Mantener los edificios del convento en estos momentos de crisis es muy difícil cuando los dulces no son un producto necesario y aunque hermana María Alegría ha afirmado que la campaña de Navidad es una época fácil, durante el año van «muy justas».
«Las hermanas menores de 65 tenemos que pagar como autónomas además de mantener el monasterio y se generan unos gastos que a veces no se cubren», ha lamentado.
Clara Peinador y Marisol Jiménez, voluntarias en la feria, han comentado que incluso desde antes de la apertura, a las diez de esta mañana, se ha acercado mucha gente a mirar y comprar los dulces.
«Las rosquillas de ‘bocao’ y las yemas de huevo han sido de las cosas que más se han vendido», han comentado, «y también las almendras de jijona de las clarisas de Monzón».
La idea de esta feria surgió hace 17 años a partir de una iniciativa sevillana en la que se fomentaban los productos de los conventos.
Expoclausura decidió hacerlo a lo grande y organizó en Madrid una venta de productos de congregaciones de todas las regiones españolas.
Tras el éxito cosechado durante los 17 años en los que se ha realizado la feria, sus organizadores han decidido apostar por la ciudad de Zaragoza como segunda sede, para poder acoger a nuevos grupos y aumentar las ventas de los participantes.
Los visitantes podrán comprar estos dulces «divinos» del 5 al 15 de diciembre en la feria situada en el Centro Comercial Independencia «El Caracol», o hasta agotar existencias, como puntualizan en su anuncio.
Por Marta Sofía Ruiz