Madrid, 16 ene (dpa) – Las protestas que en los últimos días se registraron en Burgos, en el norte de España, se extendieron la noche del miércoles a otras ciudades del país, entre ellas Madrid, donde hubo disturbios que se saldaron con destrozos de mobiliario urbano, quema de contenedores y más de una decena de detenidos.
En España se hablaba hoy del «efecto Gamonal», por el nombre del barrio burgalés convertido en emblema de lucha en el que los vecinos se levantaron contra el alcalde en contra de la construcción de un bulevar de unos 8,5 millones de euros en estos tiempos de penurias económicas y recorte de servicios públicos.
Las protestas vecinales dejaron cerca de medio centenar de detenidos en los disturbios en los que devinieron antes de que el alcalde de Burgos anunciara la paralización temporal de la obra.
En Madrid, una protesta de apoyo a los vecinos de Gamonal acabó la noche del miércoles en disturbios con 14 arrestados, según confirmaron hoy fuentes policiales. Fue convocada por la Coordinadora 25S, la misma que en varias ocasiones llamó a rodear el Congreso de los Diputados en el último año.
El centro de la capital de España se convirtió en escenario de altercados y enfrentamientos con la policía que dejaron mobiliario urbano destrozado, un par de vehículos quemados y más de una decena de heridos leves, entre agentes y manifestantes.
La Puerta del Sol, emblema de toda protesta ciudadana desde que hace casi tres años levantaron en ella la voz y sus tiendas de campaña los indignados, fue el lugar elegido por más de medio millar de personas para manifestarse el miércoles por la tarde en apoyo de los vecinos de Gamonal.
Allí transcurrió todo de forma pacífica bajo el grito unitario «¡Todos somos Gamonal!», pero algunos manifestantes pusieron rumbo después a la sede del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y fue en las inmediaciones donde se produjeron los altercados.
En apoyo de Gamonal hubo protestas también en otras ciudades españolas, si bien los disturbios se produjeron solo en Madrid. Para la tarde y la noche de hoy jueves se habían convocado otras concentraciones y actos de apoyo a los vecinos del barrio de Burgos en varios lugares de España.
El gobierno de Castilla y León, la región de la que forma parte Burgos, reconoció hoy que lo sucedido en la ciudad y el «efecto Gamonal» que se ha extendido a otros lugares está relacionado con la crisis que atraviesa España desde el año 2008.
«Tiene mucho que ver con lo que la sociedad está sufriendo, con una crisis muy prolongada», dijo su portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, que apuntó además al rechazo a la clase política por parte de los ciudadanos. «Si no queremos ver que existe, peor para nosotros, pero es una realidad», manifestó.
Y habló del bulevar que rechazan los vecinos de Gamonal no como origen de un malestar, sino como «la gota que ha colmado el vaso». «Cuando hay tensión y el malestar social la chispa surge por cualquier cosa y es comprensible cuando las familias lo están pasando mal», aseguró.
La visión del Ejecutivo castellano-leonés, en manos del Partido Popular (PP) de Rajoy, difiere de la del propio gobierno español, que a principios de semana agitó los ánimos más de lo que ya estaban al asegurar que quienes protestaban en Burgos eran elementos radicales de fuera que acudían allí a montar altercados.
De los 46 detenidos en la ciudad del norte del país, según se supo después, 44 vivían en ella y carecían además de antecedentes por desórdenes públicos.
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, apuntó hoy la existencia de «grupos violentos» que se infiltran en las protestas para ejercer la violencia. «Es importante que todos hagamos una condena expresa porque la violencia no tiene cabida en una sociedad libre y democrática», reclamó.
Desde que el 15-M abrió en mayo de 2011 la movilización en una España en crisis, las protestas se han sucedido en un país que aguanta además drásticos recortes en los pilares básicos del Estado de bienestar y en el que el desapego a la clase política que gestiona la situación se ha extendido a todas las instituciones.
Pero pese a los recortes y el desorbitado desempleo, los estallidos sociales que se vieron en otros países golpeados por la crisis como Grecia no han prendido hasta la fecha en España.
No obstante, hay quien advierte de que aún podrían producirse, por el alargamiento de la crisis, por medidas del gobierno de Rajoy como la controvertida ley de seguridad ciudadana y pese a las señales positivas que están empezando a verse en la economía.
«La gente está muy sensible y los estallidos sociales se producen muchas veces en el momento de la recuperación», advertía un miembro de la dirección del opositor Partido Socialista (PSOE).
Por Sara Barderas