(dpa) – Las altas temperaturas pueden ser perjudiciales para los teléfonos inteligentes y las tabletas. Alexander Spier, experto del portal especializado alemán «Heise online», explica que, si bien el calor nunca podría alcanzar a destruir los dispositivos modernos, sí puede afectar la vida útil de algunos componentes, entre ellos la batería.
Spier advierte que las altas temperaturas pueden afectar la vida útil de las baterías, que son muy sensibles. El experto añade que, para el procesador, el calor no suele representar un gran problema, pero recomienda no exponer este componente central a temperaturas constantes superiores a los 45 grados, por ejemplo, en un coche al rayo del sol.
En estos casos, los teléfonos inteligentes modernos emiten una advertencia o se apagan automáticamente. En los modelos antiguos, el calor puede deformar la carcasa de plástico o hacer que se desprendan las juntas y los adhesivos.
Por lo tanto, los expertos recomiendan a los usuarios que protejan a sus dispositivos del calor, pero sin exponerlos a cambios bruscos de temperatura, ya que la mayoría de ellos sólo están diseñados para tolerar ligeras fluctuaciones.
Spier aconseja no exponer el dispositivo a la luz directa del sol durante largos períodos de tiempo, por ejemplo, en un café o en la playa. La regla de oro: si uno tiene calor, es muy probable que las temperaturas también sean demasiado altas para el dispositivo.
Los especialistas aseguran que las fundas negras que llevan muchos teléfonos inteligentes y tabletas generan aún más calor, por lo que sería mejor quitarlas en caso de temperaturas extremas.
En caso de radiación solar directa se recomienda guardar el dispositivo en el bolsillo. Si el teléfono móvil ya se ha recalentado, lo mejor es apagarlo inmediatamente y esperar a que se enfríe lentamente.
En general, deben evitarse las fluctuaciones excesivas de temperatura. Nunca se debe dejar el dispositivo en un coche, especialmente no en el salpicadero, donde el aire se calienta mucho.
No se deben ignorar las advertencias que emite el teléfono móvil; en último caso, más bien apagar el dispositivo.
Juegos, fotos y vídeos suponen una carga muy alta para el procesador de los teléfonos, por lo que Spier aconseja que de vez en cuando se les dé un respiro.
Robert Schanze, experto en Android del portal alemán «Giga.de», recomienda no recargar el teléfono cuando la temperatura ambiente sea superior a 40 grados centígrados.
Si el teléfono ya está sobrecalentado, no debe ser colocado en el refrigerador bajo ninguna circunstancia, ya que el agua de condensación podría dañarlo, enfatiza Schanze.