Bruselas, 21 mar (dpa) – ¿Europa contra Silicon Valley? En la lucha contra las ventajas fiscales para los gigantes digitales como Facebook o Google, la Comisión Europea ha decidido tomar medidas y reformar por completo el modelo fiscal para las actividades en Internet. El comisario de Economía de la Unión Europea (UE), Pierre Moscovici, presentará hoy las propuestas.
A continuación, seis aspectos que se deberían saber sobre el tema:
El problema: Los centros de producción, las oficinas, los trabajadores -normalmente se puede evaluar fácilmente la actividad económica de las empresas tradicionales en un país-. Y sus ventas y beneficios son fácilmente clasificables.
Sin embargo, la situación es más complicada con las empresas digitales que establecen su sede en un solo país de la UE o fuera de Europa. Por lo general concentran sus actividades comerciales en países con impuestos bajos, pero obtienen beneficios en todo el continente. Facebook, por ejemplo, tiene su sede internacional en Irlanda. La Comisión Europea calcula que de media las empresas digitales pagan un 9 por ciento de impuesto de sociedades, mientras que las tradicionales abonan alrededor del 20 por ciento.
La solución propuesta por la Comisión Europea: Bruselas estuvo dando los últimos toques a la propuesta hasta el último momento, pero ya se pudo saber la idea general en las últimas semanas y días. En el futuro las empresas deberán pagar sus impuestos donde estén sus usuarios y no donde tengan su sede. Además, a largo plazo se introducirán en los sistemas fiscales los «establecimientos digitales». En el momento en el que una empresa cuente con un determinado número de usuarios en un país, se considerará como que esta está presente digitalmente y deberá pagar impuestos.
Además, la Comisión ha preparado algunas propuestas a corto plazo. Por primera vez no se tributará por las ganancias sino por el volumen de ventas. Así, se propone la imposición de un nuevo impuesto sobre las ventas digitales del tres por ciento. Varios países de la UE ya se mostraron a favor de un modelo similar en los últimos años, entre ellos España, Francia y Alemania.
Las empresas afectadas: La Comisión Europea mencionó en un primer borrador de la propuesta a Facebook, Google e Instagram, entre otras, que acumulan datos de sus usuarios y después venden espacios publicitarios personalizados. En principio, las afectadas por las medidas serían las multinacionales con un volumen de ventas mundial anual superior a los 750 millones de euros y no las pequeñas startups. Pero aún se están negociando otros criterios.
Los ingresos: Bruselas calcula que las arcas públicas podrían ingresar cada año unos 5.000 millones de euros más. Y puesto que se cobrarán estos impuestos en cada país en los que estén activas las empresas, todos los miembros del bloque se beneficiarán.
La relación entre Europa y Estados Unidos podría verse afectada por las medidas. Empresas estadounidenses como Apple ya han protestado en el pasado por la supuesta actuación injusta de la Comisión. De hecho Bruselas, además de realizar avances legislativos, ha impulsado varios procesos judiciales por presunta violación de las normas de competencia contra empresas de Silicon Valley.
Por ejemplo, se obligó a Apple a pagar a Irlanda más de 13 millones de euros de impuestos por haber recibido ventajas fiscales ilegales. Y recientemente fue Amazon la compañía que estuvo en el punto de mira en Luxemburgo.
Los críticos con la UE consideran que Europa está tratando de impulsar de este modo su industria digital, que va por detrás de la estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con iniciar una guerra comercial por las normativas aduaneras de la UE, que considera injustas. Por eso, según informó la revista alemana «Der Spiegel», el consejo del Ministerio de Finanzas alemán señaló que las medidas de la Comisión Europea podrían considerarse como un acto proteccionista contra un puñado de empresas estadounidenses y podría ser más perjudicial que beneficiosa.
Sin embargo, el impuesto digital no es una revancha por las tasas introducidas recientemente por Trump para el acero y el aluminio, pues la Comisión lleva ya meses preparando la propuesta. Aunque este no es el momento ideal para su presentación, admitió Bruselas.
Para que entren en vigor las medidas todos los países de la UE deben estar de acuerdo. Las resoluciones fiscales son un tema delicado en Europa porque una mayoría no es suficiente para aprobarlas, sino que se necesita unanimidad. Además la UE quiere tratar el asunto internacionalmente, en el grupo del G20, con las principales potencias económicas.
Por Alkimos Sartoros (dpa)