Asunción, 14 ago (dpa) – En la calle y en los medios lo llaman «Marito» para diferenciarlo de su padre, el secretario privado del dictador Alfredo Stroessner quien gobernó con mano dura entre 1954 y 1989. Mario Abdo Benítez, el nuevo presidente de Paraguay, asumirá mañana, en medio de un clima encrespado por los numerosos casos de corrupción que se destaparon en las últimas semanas.
El joven dirigente, que en noviembre cumplirá 47 años, prometió liderar un proceso de fortalecimiento institucional que respetará y que intentará inaugurar una nueva etapa en la vida democrática del país sudamericano.
Abdo Benítez heredó de su padre el nombre, pero también una cuantiosa fortuna y el lastre de un sangriento período histórico del cual nunca logró, o quiso, despegarse por completo.
El Gobierno de Stroessner «dejó las bases de las grandes infraestructuras que hasta hoy tiene el pueblo paraguayo», declaró alguna vez refiriéndose a un período histórico marcado por crímenes de lesa humanidad, como torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, violaciones, persecuciones y encarcelamiento de inocentes.
«Marito» aclaró durante la campaña electoral del año pasado que no está de acuerdo con la violación de los derechos humanos. Antes de votar, en abril, reiteró que nadie puede dudar de su compromiso con la democracia y anunció que visitaría ese mismo día la tumba de su padre, en un hecho que no careció de peso simbólico.
Presidente por la gubernamental y conservadora Asociación Nacional Republicana–Partido Colorado (ANR), Abdo estudió marketing político en Estados Unidos y en Paraguay recibió una formación militar que culminó con los títulos de subteniente de aviación de reserva y paracaidista. Luego dividió su vida entre la militancia y los negocios.
En política incursionó cuando tenía 33 años. Llegó a ser vicepresidente del Partido Colorado y presidente del Senado y desde allí construyó la disidencia interna que le terminó por arrebatar la mayoría partidaria al movimiento Honor Colorado (HC) que encabeza el presidente saliente Horacio Cartes.
Tras las elecciones emergieron las discrepancias entre los dos dirigentes «colorados» y hasta se llegó a difundir en medios locales en la última semana que Cartes no asistiría a la transmisión del mando, lo que fue posteriormente desmentido por sus portavoces.
Como empresario, Abdo pudo mantener aquella vieja fortuna de su padre, dirigiendo dos empresas vinculadas al sector de la construcción, que obtuvieron contratos con Gobiernos regionales de tinte colorado.
Nacido en Asunción en 1971, «Marito» se casó dos veces y tiene dos hijos de su primer matrimonio. Su segunda esposa, Silvana López Moreira Bo, es nieta de un poderoso empresario de la época de Stroessner, Nicolás Bo Parodi.
Por Ivonne Jeannot y Carlos Castillos (dpa)