Madrid, 18 jul (dpa) – La imagen del socialista Pedro Sánchez con gafas de sol a bordo de un avión presidencial provocó hace unos días un gran revuelo en España, donde los analistas políticos y los tertulianos televisivos no dudaron en compararlo con Kennedy.
Vestido con camisa blanca y corbata oscura (además de unas gafas de sol de estilo aviador que no pasaron desapercibidas), el mandatario español fue retratado mientras supuestamente revisaba informes junto a uno de sus colaboradores en su vuelo a Bruselas.
«Lo que sugiere esa fotografía es política internacional, control de la situación, trabajo duro… Sugiere un presidente que ya lo es. Ya no es el Sánchez que tiene que recorrer España kilómetro a kilómetro para buscar apoyos entre los militantes de su partido, sino un presidente del Gobierno», explica a dpa Luis Arroyo, experto en comunicación política y ex asesor del propio Sánchez y de otros mandatarios españoles como José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011).
La ya famosa imagen del avión presidencial recuerda a otra protagonizada por el presidente estadounidense John F. Kennedy hace seis décadas, en la que aparecía también con gafas de sol a bordo del Air Force One. La comparación no tardó en aparecer en la prensa.
«¿Qué hace el presidente con gafas de sol en el interior del avión? Pues copiar a Obama y a Kennedy, que también se hizo una foto dentro del avión», expresó el conocido periodista Carlos Alsina.
«Los asesores de Sánchez andan buscando su Jack Lowe o su Pete Souza», expresó en un hilo de Twitter que se hizo viral el experto en estrategia institucional Antonio Camuñas citando a los fotógrafos que acompañaron durante sus respectivos mandatos a Kennedy y Obama.
Para Paula Requeijo, profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid, «más que copiar a un presidente u otro», se trata de «una estrategia de profundización en lo que se llama la americanización de la comunicación política».
«Pedro Sánchez privilegia el rol estilístico frente al político. Ya lo hizo en 2014. Cuando le eligieron como secretario general del Partido Socialista (PSOE) contó con una experta en ‘humanizar políticos’ (…) porque sabían que cuando no se cree en una institución, se cree en una persona», añade la experta.
Tras una corta, intensa y accidentada carrera política, en la que sus propios compañeros de partido le hicieron dimitir como líder del PSOE, Sánchez asumió su cargo como jefe del Gobierno el 2 de julio tras una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy.
Desde que puso un pie en La Moncloa, la imagen del nuevo mandatario tuvo un papel fundamental en su estrategia comunicativa, con fotografías en las que aparece junto a líderes políticos mundiales o simplemente corriendo con su perro en el jardín de su residencia.
«Es sin duda el presidente con mayor sensibilidad a la comunicación de todos los que han gobernado en democracia en España», asegura Luis Arroyo. «Hay un dato que demuestra esa importancia que da a la comunicación: la elección de su jefe de gabinete, Iván Redondo. No es un burócrata, ni un hombre de partido, ni un experto en Gobierno, sino un especialista en imagen», añade el experto.
Desde el Gobierno niegan que detrás de las comentadas imágenes haya una estrategia calculada. «Se está improvisando y estudiando nuevas fórmulas», aseguraron a dpa fuentes del Ejecutivo.
Pero las últimas fotografías de Sánchez con Donald Trump en la cumbre de la OTAN en Bruselas levantaron suspicacias. Algunos expertos sugieren que el presidente del Gobierno español buscó de forma intencionada la imagen mientras Trump prácticamente lo ignoraba.
En mes y medio, el mandatario español también ha posado con líderes como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; la canciller alemana, Angela Merkel; la primera ministra británica, Theresa May, o el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama.
Tras el encuentro con Merkel en Berlín, el equipo de Sánchez difundió una secuencia de fotografías de un primer plano de las manos del mandatario español. «Pedro Sánchez evalúa sus recientes encuentros con líderes europeos tras visitar esta mañana a Angela Merkel en Berlín. Las manos del presidente marcan la determinación del Gobierno», expresó La Moncloa en su perfil de Twitter.
Las bromas, los chistes y las críticas fueron inmediatas. «Fue un error, un exceso, de los que creo que pueden pasar factura a Sánchez», advierte Arroyo, quien considera que en esas «manos de hombre providencial» hay riesgo de frivolidad.
«Lo que hace es muy peligroso porque en comunicación política se copian las estrategias que funcionan, pero esos modelos hay que adaptarlos al terreno y ellos los están adaptando muy poco. Se ve que es un presidente muy ‘marketiniano’. Y eso redunda en una artificialidad y tiene un efecto bumerán», advierte también Requeijo.
En medio de este «book fotográfico», lo que echan de menos ciudadanos y periodistas es que Sánchez convoque una rueda de prensa en España para contestar a las preguntas de la prensa. Hasta ahora solo lo ha hecho en Bruselas, en el contexto de cumbres internacionales.
¿Estamos ante el Gobierno de la imagen y los gestos? Arroyo considera que Sánchez es «más fotogénico» que sus antecesores en el cargo, pero al mismo tiempo no observa ningún cambio «revolucionario».
«Es verdad que con una debilidad parlamentaria notable, sin haber ganado en las urnas y en ausencia de grandes temas, se realza la importancia de algunos gestos. Pero es verdad también que un Gobierno avanza a base de gestos. En la cumbre entre Trump y Putin hubo gestos, nada más, pero en sí mismo eso es política», zanja.
Por Ana Lázaro Verde (dpa)