Barcelona, 18 sep (EFE).- El fotoperiodista sudafricano Pieter Hugo reflexiona sobre su país, con una sociedad que considera «fracturada y esquizofrénica», en su última serie fotográfica «Kin» (familiar), que presenta desde hoy, por primera vez en Europa, en la Fundación Foto Colectania de Barcelona.
Nacido en Johannesburgo en 1976 y crecido bajo el régimen del apartheid, ha explicado en rueda de prensa que desde hace tiempo su centro de interés es Sudáfrica y sus gentes, queriendo con sus instantáneas «enganchar» e interpelar al público sobre cuestiones como la colonización, la diversidad racial o las desigualdades económicas.
Si bien empezó como fotoperiodista, profesión que desarrolló por encargo con proyectos en Nigeria, Ghana o Liberia, en 2006 inició la serie «Kin», en la que tanto se muestra desnudo encima de la cama con su hija recién nacida, como compara las diferencias entre una urbanización de acceso controlado con un suburbio, a apenas cinco kilómetros de distancia.
En otra de las obras, el público podrá conocer a los dos integrantes de la primera boda gay de la región de Zululandia, Thoba Calvin y Tshepo Cameron Sithole-Modisane, en una suerte de «declaración política», puesto que forman parte «de una cultura claramente homofóbica».
Pieter Hugo, que alterna espacios privados y públicos en su esfuerzo por encontrar su propio lugar en el país, da a conocer las diferencias físicas de su esposa entre el primer y el segundo embarazo o califica como la fotografía más importante de las 39 que se exhiben la de Ann Sallies, la mujer que trabajó para sus padres durante años y que le crió.
En este punto, se ha detenido y ha comentado que es «perverso» que la persona que te cría, te ve crecer y asume el papel de madre en muchas familias sudafricanas, «luego, cuando los niños crecen, se vuelve a su pueblo y ya no la ves nunca más».
«Cuando empecé la serie hace ocho años -ha subrayado- me sentía frustrado y lleno de conflictos con respecto al lugar en el que vivía y decidí verlo con una mirada fría y dura. Hoy, todavía me siento más en conflicto y más liado que entonces».
Hijo de una pintora y miembro de una familia descendiente de europeos que llegó a Sudáfrica hace 300 años, Hugo, ha mantenido que la sociedad de su país debería cambiar algún día, pero ha dudado de que lo haga. «¿Creéis -ha preguntado- que Israel cambiará algún día? porque lo que allí ocurre tampoco es sostenible», ha apuntado.
Por otra parte, ha lamentado que cada vez sea mayor la distancia entre los que más tienen y los que nada poseen, no sólo en Sudáfrica. «Se trata de un fenómeno global, lo que me preocupa porque es como si la gente hablara dos idiomas distintos», ha argumentado.