La mejor manera de sentirse útil y aportar un granito de arena para el bienestar en el mundo es participando en un voluntariado. Regiones como Asia necesitan ayuda internacional, y ser voluntario permite aportar un poco a las personas que así lo requieren. Todo esto se traduce en un aprendizaje y crecimiento personal.
Es un hecho conocido por todos que hay ciertos sectores de la sociedad que se encuentran en una situación bastante delicada. Algunos países tienen altos índices de pobreza, razón por la que gran parte de su población necesita ayuda externa para sobrevivir.
Este tipo de casos son muy comunes en continentes como Asia. En países como Bali, India, Camboya, Sri Lanka y hasta algunas zonas de China, hay poblados que no están en las mejores condiciones, razón por la que necesitan personas voluntarias que puedan apoyar.
La región sudeste del continente asiático está considerada como una de las zonas con mayor necesidad de ayuda internacional, razón por la que se solicitan muchos voluntarios que busquen hacer un cambio social.
La empresa Cooperating Volunteers, cuyo sitio web es https://www.cooperatingvolunteers.com/ser-voluntario-en-asia/, es líder en programas de voluntariado, al haber gestionado el apoyo de 22.000 voluntarios desde el año 2010. Estos programas permiten a personas en condiciones de pobreza mejorar un poco sus vidas, y a la par, se traduce en la plataforma ideal para que los voluntarios puedan cumplir con su misión y así crecer en el ámbito personal sustancialmente.
Y es que el voluntariado es una experiencia que siempre termina marcando vidas. Los voluntarios, al ver cómo vive la gente fuera de su burbuja de confort, pueden darse cuenta de lo mucho que tienen y ser más agradecidos con sus vidas.
Ayudar a los demás y aprender sobre humildad
Muchas personas se preguntan por qué realizar un voluntariado si ya son felices con sus vidas en su país. Lo cierto es que esta actividad tiene una gran cantidad de beneficios, no solo para el voluntario, sino para el mundo en general.
Y es que realizar el voluntariado en Asia aprovechando las oportunidades que ofrece Cooperating Volunteers, tiene como principal ventaja la satisfacción de que se está haciendo un bien a personas necesitadas. El ser humano encuentra la verdadera felicidad al transmitir amor y ayudar a otros mediante un voluntariado es una manera perfecta de hacerlo.
Con el voluntariado se puede encontrar esa paz y bienestar que genera el hecho de ayudar a los demás. Es un sentimiento tan satisfactorio, que muchos terminan por tenerlo como un propósito de vida, realizando voluntariados cada vez que pueden.
Además, la realización del voluntariado puede cambiar muchas perspectivas de la vida. Ver las diferentes culturas, y darse cuenta de lo felices que pueden ser las personas de Asia con lo poco que tienen, es una experiencia enriquecedora, que enseña a los voluntarios a ser más agradecidos.
Es un choque cultural que termina siendo transformador. Después de todo, leer las noticias sobre los países en subdesarrollo es algo muy distinto a vivirlo de cerca a través del voluntariado en Asia. Adentrarse en esos mundos por uno mismo, permite conocer la realidad de una manera más fiel, y tomar esas enseñanzas para ser un poco más humildes una vez termine el viaje.
Después de todo, a la hora de realizar el voluntariado es posible conectar más con los demás, sin uso de etiquetas. Se conocerá diversidad de personas, que serán pobres o ricos, adultos o jóvenes, hombres o mujeres, entre otros. Lo importante no es el perfil, sino el granito de arena que se puede aportar al país en el que se realiza el voluntariado. Es una filosofía de vida que vale la pena aplicar una vez se regresa al hogar.
Vale la pena destacar que un voluntariado en Asia realizado con Cooperating Volunteers puede abrir muchas puertas en los ámbitos laborales y académicos. Contar con esta experiencia en el currículum vitae, puede facilitar la obtención de puestos de trabajo, entradas en universidades o másteres. En este sentido, puede ayudar a crecer, tanto personalmente como laboralmente.
Sin embargo, al final lo más valioso que deja el voluntariado para las personas, es la conexión con nuevas culturas, con el mundo y con uno mismo. Después de todo, participar en proyectos positivos y ayudar a las personas que lo necesitan, es un proceso que puede curar, tanto la mente como el alma.