Río de Janeiro, 14 mar (dpa) – La Copa Libertadores es un torneo considerado hostil para los hinchas visitantes, y en muchas ocasiones se producen incidentes entre los simpatizantes locales y quienes llegan de otro país.
Sin embargo, en la competición más importante del fútbol sudamericano, también hay lugar para historias de amistad, como la que protagonizaron este martes varios aficionados de Universidad de Chile y de Vasco da Gama, de Brasil.
Antes del partido que ambos equipos jugaron en Río de Janeiro, por la fase del grupos del torneo, se llevó a cabo un evento poco común para los tiempos que corren: en las afueras del estadio São Januario, muchos hinchas del Vasco organizaron un asado para recibir a los chilenos que habían llegado a Brasil.
En el banquete, en el que no faltaron historias, anécdotas y cerveza, aficionados andinos y cariocas fortalecieron junto a la parrilla una amistad que, según varios de ellos explicaron a dpa, «es a prueba de resultados deportivos».
La mayoría de chilenos, incluso, viajó a Río sabiendo que no podría ingresar a ver el partido. Debido a incidentes que simpatizantes de la «U» protagonizaron el año pasado en Sao Paulo, ante Corinthians, la Conmebol prohibió los hinchas visitantes en los siguientes tres juegos del club fuera del país.
Por eso, los pocos aficionados visitantes que tenían ingresos pensaban entrar al estadio junto a los «torcedores» brasileños, vestidos de forma neutral. «No vulneraremos ninguna prohibición: apenas veremos el juego junto a nuestros amigos, con ellos en su propia tribuna», explicó un hincha chileno la situación.
La inusitada amistad entre la «U» y el Vasco se empezó a gestar en 2009, y contó con la participación de otro equipo brasileño, el Gremio. Los hinchas del conjunto de Porto Alegre y los simpatizantes chilenos se brindaron ayuda mutua en los partidos que enfrentaron a sus equipos en la Libertadores de ese año. Y como la «torcida gremista» es amiga de la del Vasco, la buena relación se hizo extensiva.
«En 2011, por la Libertadores, jugaba la ‘U’ contra Flamengo, nuestro gran rival, que tenía a Ronaldinho», recordó Breno, líder de una de las facciones de la hinchada «vascaína». «Entonces, a pedido de nuestros amigos del Gremio, acogimos a los chilenos que llegaron y los ayudamos en todo».
Y continuó: «Cuando, luego, en un Maracaná repleto, Universidad de Chile dio la sorpresa y ganó 4-0, extendimos la fiesta tres días, les pedimos a los chilenos que se queden en Río y se convirtieron en grandes amigos».
La amistad, que comenzó a hacerse fuerte tras aquella victoria, se consolidó luego con los años. En 2014, hinchas chilenos que estaban en Brasil por la Copa del Mundo pintaron, junto a los del Vasco, un mural frente a São Januario, con el nombre y el escudo de ambos equipos.
La calidez en la recepción fue recíproca. En febrero, por la fase preliminar del torneo, Vasco jugó con Universidad de Concepción, en Chile. Y los hinchas brasileños que viajaron al país andino fueron alojados en las casas de los simpatizantes de la «U».
«Hace pocos días, varios nos encontramos en Viña del Mar y ahora, nos estamos viendo en Río», destacó Richard, que se subió a un bus en Santiago el jueves y llegó a Río cinco días después, tras atravesar Bolivia.
De todas las historias, la más significativa es, sin embargo, la de Marco, un hincha chileno cuyo hijo, nacido hace dos años, se llama Vasco León: el primer nombre por el equipo carioca y el segundo porque así le dicen también a la «U».
Una vez terminadas la carne y la bienvenida, llegó la hora del partido. Universidad de Chile dio la sorpresa y ganó 1-0 en Río. Los chilenos festejaron, los brasileños se fueron tristes y la amistad entre los aficionados, consistente y extraña, siguió firme e inalterada.
por Fernando Duclos (dpa)