Oviedo, 24 ene (EFE).- Los ancianos que hacen ejercicio físico y viven en ambientes estimulantes tienen menos probabilidades de sufrir el deterioro de la memoria propia de la edad, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oviedo.
La investigación, que ha descifrado los cambios del cerebro al ser estimulado «adecuadamente», permitirá desarrollar fármacos y programas para enfermos de Alzheimer y Parkinson.
Un equipo de investigadores del Departamento de Psicología ha confirmado que el ejercicio y una adecuada estimulación cognitiva, sensorial, motora y social contribuye a un funcionamiento mas eficiente del cerebro.
El estudio se ha hecho con ratas Wistar de edad avanzada con el propósito de determinar los mecanismos neurológicos, que posibiliten en el futuro diseñar fármacos e intervenciones más efectivas contra las enfermedades cerebrales.
«Al determinar que cambios experimenta el cerebro al ser sometido a estimulación ambiental o actividad física se pueden desarrollar sustancias y mecanismos que imiten los mismos efectos», ha explicado la investigadora Patricia Sampedro.
El trabajo ha demostrado que se han producido cambios positivos en los astrocitos, células de apoyo a las neuronas, en aquellas ratas que han sido sometidas a estimulación física y ambiental.
También se ha comprobado que estos animales reaccionan con menos ansiedad y se habitúan con mayor rapidez a ambientes nuevos, según ha informado la Universidad de Oviedo.
Los investigadores han trabajado con varios grupos de animales con diferentes condiciones de hábitat y de estímulos visuales y sensoriales que se cambiaban semanalmente.
Además, las cobayas realizaban ejercicio aeróbico durante veinte minutos al día, con periodos de descanso para evitar altos niveles de estrés.
Las pruebas de memoria realizadas después de dos meses de iniciado el programa han determinado que las ratas que han vivido en espacios más grandes, con estímulos visuales y sensoriales, y han hecho ejercicio físico han mejorado su capacidad cognitiva.
Estos animales han realizado mas rápidamente y con menos errores una prueba de memoria con un menor consumo de la energía demandada por el cerebro.
Otro de los descubrimientos ha sido que los astrocitos presentan ramificaciones más largas y complejas que permiten compensar los déficit en las conexiones neuronales a causa de la edad.