Excavaciones de investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) en yacimientos costeros de Cantabria y Asturias aportan datos hasta ahora desconocidos sobre las condiciones de las aguas costeras del Mar Cantábrico a fines del último periodo glaciar e inicios del postglaciar, según los cuales existe una desviación de 115 años de menor envejecimiento.
Las investigaciones han sido recogidas por la revista científica Radiocarbon, publicación de referencia en temas ligados a la datación del pasado mediante el carbono-14, que acaba de incluir un artículos sobre las mismas en su edición electrónica, ha informado la Universidad de Cantabria (UC) en un comunicado.
Este estudio, firmado por los investigadores del IIIPC Igor Gutiérrez Zugasti, Manuel González Morales y David Cuenca Solana, junto a colegas del Centro Tecnológico y Nuclear de la Universidad de Lisboa y del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, se ha basado en series de fechas de carbono-14 obtenidas en los yacimientos de Arenillas, Cualventi y la Fuente del Salín, en Cantabria, y los de las cuevas de La Riera, Mazaculos II y El Mazo, en el oriente de Asturias, que abarcan entre 27.000 y 7.000 años atrás.
Estos yacimientos, cercanos al litoral, cuentan con ocupaciones humanas que contienen numerosos restos de fauna y conchas marinas consumidas por sus habitantes.
La comparación entre las fechas radiocarbónicas de restos de animales terrestres, madera carbonizada de las hogueras y conchas ha permitido conocer la desviación que presentan estas últimas, debida al denominado ‘efecto reservorio’ producido por las aguas marinas de fondo, empobrecidas en carbono-14, y que envejece las fechas obtenidas a partir de conchas.
El valor de esa desviación permite a los investigadores corregir las fechas de carbono-14 para ajustarlas a la realidad, y era desconocida hasta el momento para estos periodos prehistóricos en la costa cantábrica, y en los momentos más antiguos para toda la costa atlántica peninsular. Existen modelos mundiales de este efecto para los distintos periodos, que ya se aplican a la calibración de las fechas marinas, pero para conseguir mayor precisión es imprescindible conocer las variaciones locales.
El estudio ahora publicado muestra que el Cantábrico existe desviación de unos 115 años de menor envejecimiento comparadas con las fechas marinas globales para el final de la época glaciar y de 105 años para la fase postglaciar, lo que permitirá en lo sucesivo aplicar esta corrección cuando se fechen conchas marinas de otros yacimientos.
Otra conclusión de este hecho tiene implicaciones en un terreno diferente, ya que permite conocer una importante característica de las aguas litorales del Cantábrico en la época como es el limitado afloramiento de aguas profundas en la zona costera del oriente de Asturias y de Cantabria, un fenómeno conocido como ‘upwelling’, y que hace que las aguas de fondo emerjan en las proximidades del litoral mezclándose con las de superficie. Este fenómeno tiene efectos relevantes en la productividad del medio costero, y la investigación ahora publicada revela que las aguas del litoral cantábrico de la época permanecían relativamente estratificadas y con un aporte escaso de estas aguas profundas.
Estos resultados forman parte del proyecto de investigación ‘TraceChange’, que desarrollan los mencionados investigadores del IIIPC, orientado al estudio del impacto del gran cambio climático global a finales del último periodo glaciar sobre las sociedades humanas de la época.
El Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria es un organismo del que son patronos la Universidad de Cantabria, el Gobierno de Cantabria y Banco Santander.