Ávila, 15 mar (EFE).- El III Ciclo Internacional de Narración Oral para Adultos «CuentaCuarenta» ha empezado hoy a desarrollar una campaña de concienciación del espectro autista a través de rondas de cuentos con expertos narradores.
La ronda de cuentos tiene por objeto llamar la atención sobre el autismo, a raíz de ganar el año pasado, cuando se comenzó con esta iniciativa, el Premio Territorios Solidarios de BBVA, ha explicado Patricia Picazo, coordinadora de «CuentaCuarenta».
Así, «CuentaCuarenta» ha comenzado hoy su ronda de cuentos por varios puntos del casco histórico de Ávila, en la que dos narradoras, la colombiana Carolina Rueda y la mexicana Martha Escudero, han intervenido con sus historias, acompañadas por la música de Yembalé.
En cada parada, se han dedicado unos minutos a hablar del autismo y a leer algunas de las frases que personas con espectro autista escriben en las redes sociales durante estos cuarenta días de Cuaresma previos a la Semana Santa.
«Si lees esas frases y no sabes que quien las ha escrito tiene autismo, no te das cuenta», ha indicado Patricia Picazo, quien ha instado a «respetar las diferencias», teniendo en cuenta que «no son tantas como se piensan».
En este sentido, la colombiana Carolina Rueda ha afirmado que los cuentos y las historias son una forma de «comprender la realidad» en vez de «evadirse» de ella.
«Vista de frente, la realidad puede ser un poco agresiva, pero el espejo que dan los cuentos ayuda a ubicarse y a saber el lugar que se ocupa como protagonista, antagonista o un simple espectador», ha añadido.
Las historias son también, para ella, capaces de hacer comprender el autismo, pues los cuentos «tienen un mundo interno», algo que «tienen también» las personas con autismo, «un mundo interno del que les cuesta salir para conectar con los demás».
En su opinión, el «cuento es una metáfora del autismo», pero también al revés, porque representan la «necesidad de encontrarse con el otro».
De la misma forma, para la mexicana Martha Escudero, en un momento con «exceso» de información que puede hacer que las personas se «pierdan», el cuento «captura y preserva preocupaciones, miedos y anhelos del ser humano».
En este marco, las narradoras han destacado el fomento de las historias y los festivales de narración oral que se están realizando en América Latina, así como en países europeos como Reino Unido, Francia o Finlandia.
A su juicio, eso ha ocurrido porque el contar historias «se ha preservado más en el ámbito privado, de la familia», algo que en España se iba perdiendo, aunque «ahora está renaciendo».
«Los cuentos son una herramienta en la que pasan cosas permanentemente», ha añadido Carolina Rueda, para quien, en tiempos de crisis, «hay más historias» que se pueden contar, aunque estas tienen que «adaptarse», al igual que los narradores.