En España existen diferentes tipos de despidos, pero ¿sabemos realmente cuál se debe aplicar en cada caso?
El despido es una de las peores situaciones del ámbito laboral a la que tienen que enfrentarse tanto los trabajadores, como los responsables de recursos humanos designados para comunicar la decisión de la empresa. Un proceso mediante el cual la empresa comunica al trabajador el fin de la relación laboral, y que depende de una serie de causas o acontecimientos que vamos a tratar de analizar a continuación.
En España existen diferentes tipos de despidos, y en función del motivo o las circunstancias por las que se ha puesto fin a la relación laboral, el trabajador puede reclamar una indemnización a la que la empresa no se puede negar. La falta de información y conocimientos en la materia, provoca que en muchas ocasiones los empleados no sepan cuándo tienen que pedir la indemnización ni qué cantidad de dinero les corresponde.
Para afrontar estos complejos procesos del ámbito laboral, es muy recomendable contar con el apoyo de un abogado laboral en Murcia que se encargue de ofrecer soporte legal para despejar las dudas en el proceso de despido en la Región.
¿Qué tipos de despidos existen en España?
Enfrentarse a una situación de despido es bastante complicado, ya que es un proceso laboral al que nadie quiere tener que llegar, ni el empleado que está contento con su puesto de trabajo, ni el responsable de recursos humanos que tiene que comunicar la decisión adoptada por la empresa. Por ello, el puesto de responsable de recursos humanos no puede recaer en cualquier persona, sino que debe ser asumido por un especialista en la materia que sepa gestionar los sentimientos y conozca el proceso de despido a la perfección.
En España, las empresas pueden llevar a cabo tres tipos de despidos diferentes en función de la causa que se haga constar en la carta de despido. El más conocido por la mayoría de los trabajadores es el despido objetivo, puesto que suele ser el más utilizado por las empresas para poner fin a la relación laboral, pero no es el único que proceso de despido utilizado en España.
Al despido objetivo hay que sumarle el despido disciplinario y el despido colectivo, los cuáles son totalmente diferentes entre sí, por lo que es conveniente conocerlos a fondo para saber cómo enfrentarse a cada uno de estos tipos de despido.
¿Qué es el despido objetivo?
Cuando se habla de despido objetivo, se hace referencia a un tipo de despido que realiza la empresa por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Es decir, es un tipo de despido en el que el trabajador no tiene la culpa, y que tan solo se debe a que la empresa no puede seguir contratando al trabajador. El despido objetivo está regulado en los artículos 52 y 53 del Estatuto de los trabajadores, y este debe ser comunicado al trabajador mediante la entrega de una carta en la que se expongan las razones del fin de la relación laboral.
En este tipo de despidos, la empresa debe comunicar la decisión al trabajador con 15 días de antelación, y en el momento del despedido debe pagar al trabajador la indemnización mediante cheque, en efectivo o por un ingreso previo. La indemnización del despido objetivo es de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
¿En qué consiste el despido disciplinario?
El despido disciplinario se produce como consecuencia de un mal comportamiento por parte del trabajador, es decir, es un proceso que pone fin a la relación laboral debido a la culpabilidad del empleado. Este tipo de despido está regulado en el artículo 54 del Estatuto de los trabajadores, aunque hay que tener siempre en cuenta el convenio colectivo que modera cada sector.
En el despido disciplinario, la empresa no está obligada a avisar al trabajador con 15 días de antelación, además de que tampoco tiene que indemnizarlo en ningún caso. En este tipo de despido, el empleado si tiene derecho a finiquito y desempleo.
¿Cuándo se realiza un despido colectivo?
Por lo general, el despido colectivo es más conocido en el ámbito común como Expediente de Regulación de Empleo de extinción (ERE de extinción), y consiste en un tipo de despido que se produce cuando un número considerable de trabajadores dejan de formar parte de la empresa.
Para realizar este tipo de despido, la empresa debe de justificar una serie de causas objetivas, ya que si los trabajadores son despedidos en periodos de tiempo sucesivos que superan los 90 días y se justifican siempre las mismas causas (económicas, organizativas, técnicas o de producción), el despido colectivo es considerado como un fraude de ley. En este supuesto, el despido colectivo es anulado y no tendría efectos.