La revolución industrial que se está viviendo en este siglo XXI viene no solo de la mano de la automatización sino también del medioambiente.
Las nuevas formas energéticas han llegado para ayudar a este sector a optimizar al máximo sus recursos mientras, también, colaboran con un tipo de economía verde basada en la energía renovable.
Existen varias opciones dentro de los procesos industriales para utilizar el 100% de la energía solar. Desde la generación de vapor, pasando por el lavado industrial o los procesos de esterilización, donde es también importante el análisis de líquidos, las posibilidades de usar los tejados de los complejos industriales para poner placas solares que sirvan de acumuladores es clave.
El autoconsumo energético ha servido como pilar para dar un paso más y avanzar en los cambios que requiere la actual demanda de economía circular y verde que está desarrollándose en la mayoría de los países. Pero no solo esto, industrias en España como las farmacéuticas, alimentarias o incluso textiles han hecho un claro esfuerzo y apuesta por incluir dentro de todo su proceso de fabricación y gestión mediciones como las que ofrecen los distintos dispositivos de empresas como es.endress.com para monitorizar en tiempo real todos los datos.
Porque, en definitiva, se trata de una industria que va a tener que absorber e incluir toda la nueva tecnología de big data, inteligencia artificial y gestión de datos que está sirviendo de base para modernizar la industria, mejorar los procesos de producción apostando por un menor impacto medioambiental y por producción en serie que simplifique y asegure el trabajo dentro de las instalaciones.
Otras energías que se están instaurando en la industria española
Para empresas que en sus procesos necesitan tanto calefacción como refrigeración, hay otro aliado en las energías renovables que ha supuesto un cambio no solo cualitativo sino cuantitativo: la energía geotérmica.
Al estar habitualmente fuera de los núcleos urbanos no es difícil, en aquellas que se encuentran directamente ubicadas en zonas de campo, hacer las instalaciones para hacerse con el calor del interior de la tierra y convertirlo en energía útil dentro de las fábricas.
Este tipo de energía está directamente aplicada tanto para climatizar por calor como por frío, lo que ha supuesto toda una nueva forma de conseguir ahorrar costes gracias a sus posibilidades en industrias como la farmacéutica o incluso la agroalimentaria.
Es en las zonas costeras donde mejor solución está aportando la energía del mar. Basada en el movimiento de las olas, la acumulación de esta energía está sirviendo no solo para proveer de energía al transporte sino también a las industrias de la zona, que ven como esta inagotable fuente constante está sirviendo de apoyo para autoabastecerse tan solo usando las condiciones topográficas adecuadas e incluso la incorporación de las posibilidades que ofrecen los diques para poder controlarlo.
Todo esto sucede en un contexto en el que la industria ha decidido mover pieza y seguir la revolución que comenzó hace escasos años en la que, sin el paso de automatización y sostenibilidad, dejaría de ser competitiva a nivel internacional.