(dpa) – Durante mucho tiempo la hortensia era considerada una planta pasada de moda. Sin embargo, con el tiempo, este arbusto de atractivas hojas multicolores se fue ganando su lugar en parques y jardines durante los meses de verano.
Los jardineros aficionados y los paisajistas volvieron a tomarle el gusto a esta planta, especialmente porque también sumó nuevos cultivos.
Según explica Dirk Böhlje, de la Asociación de Viveros de la localidad alemana de Haan (Renania del Norte-Westfalia), además de la hortensia común o de jardín (Hydrangea hortensis), que generalmente se desarrolla en forma de arbusto, el género Hydrangea comprende decenas de especies como las rastreras, en árbol o trepadoras.
Böhlje destaca que actualmente la tendencia es plantar hortensias que cambian de color varias veces durante las distintas etapas de la floración. También son particularmente populares las especies poco comunes de hojas oscuras o variedades con tallos negros.
Una planta que prefiere la sombra y mucha agua
La hortensia es una planta muy apreciada sobre todo debido a su largo período de floración durante los meses de verano y a veces hasta entrado el otoño.
«Casi ninguna otra planta florece durante tanto tiempo», destaca Böhlje. El experto alemán resalta que incluso después, a finales del otoño y comienzos del invierno, las inflorescencias muertas siguen siendo muy atractivas, especialmente cuando la escarcha se asienta sobre ellas. Por lo tanto aconseja: «No pode o saque la planta en el otoño».
En principio, las hortensias son bastante resistentes, pero necesitan algunos cuidados.
«A la mayoría de las especies le gusta crecer a la sombra y necesitan mucha humedad», explica Erika Brunken de la Escuela de Jardinería del estado alemán de Baja Sajonia. «A través de sus grandes hojas se evapora mucha agua, que tiene que reponerse a través de las raíces».
El suelo debe ser suelto, rico en humus y ligeramente ácido, preferiblemente con un valor de pH entre 5 y 6.
«El valor de pH influye incluso en el color de las flores», explica Thomas Wagner de la Asociación Alemana Amigos del Jardín. Las hortensias en realidad solo florecen en tonos de blanco, rosa, rojo oscuro o lila.
También se puede obtener una floración azul si se le agregan al suelo abonos acidificantes.
«Las hortensias de color rosado florecen azules cuando el suelo es ácido, a partir de un valor de pH de 5. Se pueden agregar los sustratos específicos y añadir fertilizantes a base de aluminio», explica Wagner. Sin embargo, este fenómeno solo ocurre con las hortensias de floración rosada, las demás conservan su color.
A las hortensias rosadas hay que suministrarle los nutrientes apropiados una y otra vez. «Si el suelo no es lo suficientemente ácido, el color azul rápidamente se vuelve rosa de nuevo», recalca Wagner.
Dado que las hortensias son plantas que absorben muchas sustancias, también deben ser fertilizadas regularmente, preferiblemente con abono u otros fertilizantes orgánicos.
«Los pellets de carne vacuna son buenos y también se puede utilizar fertilizante de rododendro o azalea. Esto genera un ambiente ácido en el suelo con un valor de pH apropiado», añade Wagner.
Brunken acota que por eso las hortensias se pueden juntar muy bien con el rododendro. «Ambos necesitan un suelo de humus ligeramente ácido y también se complementan bien durante la floración». Otras combinaciones posibles con la hortensia son las hostas, los helechos, los astilbes, la flor de elfo y las azaleas.
«Las hortensias se comportan particularmente bien en la sombra, y justamente las variedades de floración blanca ponen acentos de luz en las zonas más sombreadas del jardín», precisa Wagner.
Por Katja Fischer (dpa)