(dpa) – Cuando un niño aún no domina el lenguaje, a veces busca otras formas de hacerse oír, por lo que puede ocurrir que tire del pelo a mamá o le dé una bofetada a papá cuando algo no le gusta. O que tire con algo sobre la cabeza de otro niño en el rincón de juegos porque se atrevió a quitarle un juguete.
Desde el punto de vista del pequeño rebelde, dicha forma de comunicarse parece tener bastante éxito al principio.
«Si las palabras siguen faltando, el método descrito aporta una solución rápida y, sobre todo, una reacción rápida, así como una atención ilimitada», explica en entrevista con dpa Dana Mundt, pedagoga social del servicio de asesoramiento en línea de la Conferencia Federal de Asesoramiento Educativo en Alemania.
Pregunta: ¿Cómo se pueden «aplacar» estos comportamientos y «manías»?
Dana Mundt: Desgraciadamente, no existe ningún botón en el niño ni ningún remedio similar patentado, aunque a los padres a veces -y comprensiblemente- les gustaría mucho que así fuera.
Sin embargo, los padres pueden apoyar y guiar a sus hijos desde una edad temprana. Útiles para el desarrollo del lenguaje son, por ejemplo, los llamados «baby signs» (señales para bebés). Se trata de gestos sencillos que se utilizan como complemento cuando se le habla al bebé. Un ejemplo: cuando le pregunte al niño si quiere beber algo, llévese simultáneamente la mano a la boca como si uno mismo tuviera una taza en la mano.
Este método funciona muy bien para la sed, el hambre, los dolores, los mimos o las caricias. Permite a los niños mostrar brevemente lo que quieren de forma no verbal desde una edad temprana. Suele ser más rápido señalar la mermelada con el dedo que decir «mermelada».
Pregunta: ¿Qué ayuda a potenciar el lenguaje?
Mundt: Al hablar con un niño, siempre es bueno mantener un contacto visual directo. Es la única forma de saber si el niño está escuchando de verdad. Desgraciadamente, hoy en día es habitual que chateemos por el móvil y hablemos de lado en lugar de tomarnos el tiempo de mirarnos a los ojos. Pero el contacto visual es totalmente importante para el desarrollo del lenguaje.
Los padres pueden mirar y leer junto con el niño libros ilustrados ya a una edad temprana, hablar de lo que ven en un paseo o cantar juntos. Todo esto favorece el desarrollo del lenguaje. También se puede hacer mucho a través del juego y la música. Por ejemplo, se puede asistir a un jardín musical si uno mismo no conoce muchas canciones infantiles, juegos de dedos o rimas.
También me parece importante verbalizar los sentimientos a la hora de poner fin a los «malos hábitos». Si un padre ve que un niño está enfadado y que recurre a una pala para responder a la sustracción de un moldecito, por ejemplo, puede decirle: «Veo que eso te molesta, estás muy enfadado. ¿Puede ser?». Sin embargo, los límites deben dejarse bien en claro: que no se puede atacar a nadie.
Pregunta: ¿Cómo pueden los padres establecer límites o enseñar formas alternativas de expresión?
Mundt: Los padres deben dejar claro que no se puede arañar, morder, pegar ni escupir. En tales casos, debe decirse claramente: «¡Eso no puede ser!».
En situaciones conflictivas, también pueden reflexionar juntos: ¿qué puede hacer el niño si no encuentra las palabras? «Estás enfadado porque el niño te ha quitado el moldecito, pero vamos a pensar qué puedes hacer sin ese moldecito. Mira, aquí hay otro. O mira este cubo aquí. O mira, la pala aquí. . .»
Los padres deben estar ahí para ayudar y escuchar cuando se trata de eliminar «manías» molestas. Quizá no intervenir siempre de manera inmediata, sino también ver si el niño puede hacerlo por sí solo. Por supuesto, esto no se aplica si quiere arañar, pegar o morder a otro niño. Entonces, por favor, intervenga.
Sin embargo, si el niño ha manejado bien la situación, no olvide elogiarle y apreciar la acción
Por Claudia Wittke-Gaida (dpa)