(dpa) – Las tormentas pueden convertirse en algo especialmente peligroso para los conductores, ya que las ráfagas de viento pueden descontrolar el automóvil, una situación en la que es importante mantener la calma y no girar el volante bruscamente.
El conductor, en una situación así, debe sujetar el volante firmemente con las dos manos, levantar el pie del acelerador y tratar de conducir con suavidad y de forma controlada. Si no sigue estos consejos, el vehículo puede patinar, estrellarse o invadir la calzada de sentido contrario, según advierte la aseguradora alemana VRK.
Con mucho viento, hay que reducir la velocidad
Los investigadores de accidentes de la aseguradora Dekra explican que la fuerza con la que se desvía un vehículo depende especialmente de la velocidad que lleva éste.
Por ello, en condiciones de viento, es muy importante aminorar la velocidad, y prestar atención a las mangas indicadoras de viento y a las señales de advertencia de rachas de viento lateral. Si el tiempo es ventoso, es mejor evitar adelantar en caso de duda y prestar atención a las señales de tráfico.
Los vehículos con superficies que pueden ofrecer mayor resistencia al viento, como autocaravanas y caravanas, son los más susceptibles de sufrir las consecuencias de una racha de viento. Pero hasta un coche con un cofre de transporte en el techo puede reaccionar con mayor sensibilidad.
¿Dónde hay más peligro ante las rachas de viento?
Los conductores deben estar atentos a rachas repentinas de viento cuando circulen en los puentes de las autopistas o entre masas forestales, así como a la salida de un túnel.
Otra circunstancia ante la que hay que estar preparado para recibir vientos laterales es tras adelantar a vehículos grandes, como autobuses y camiones, que ejercen de pantalla durante el adelantamiento, tras el cual dejan expuesto al vehículo a la fuerza del viento de forma repentina.