Si en algún momento en concreto has notado que estabas sudando demasiado, ello no es un problema, puesto que puede deberse a una situación muy concreta como una temperatura elevada en verano o una sesión de ejercicio físico de demasiada intensidad. Sin embargo, sí se convierte en un contratiempo cuando sucede con frecuencia.
Es entonces cuando hablamos de hiperhidrosis. Es decir, un problema de sudoración excesiva que no es capaz de regular adecuadamente la cifra de grados Celsius del cuerpo sin que ello suponga una abundante eliminación de líquidos.
En El Digital de Asturias analizaremos varios detalles de esta patología que deben ser conocidos por la sociedad asturiana. A su vez, indicaremos qué tratamiento es el que más recomiendan los expertos de hoy en día para reducir e incluso eliminar por completo los efectos adversos que causa.
Existen dos tipos de hiperhidrosis
Son varios los aspectos que pueden dar pie a que la temperatura corporal aumente. Tal como hemos mencionado en anteriores líneas, si el ambiente presenta una excesiva cifra de grados, muy habitual en la época veraniega o en instalaciones demasiado climatizadas, el organismo no puede impedir que se produzca tal efecto.
Lo mismo sucede al realizar ejercicio físico de intensidad media-alta, así como tener que hacer frente a una situación de nerviosismo o cierta tensión. El estrés es uno de los principales causantes del incremento de la temperatura del cuerpo.
Indistintamente de qué lo provoque, tarde o temprano acaba traduciéndose en la producción de sudor. Ello viene dado por la función de las glándulas sudoríparas, las cuales se dividen en apocrinas y ecrinas. Las primeras de ellas no son muy abundantes, aunque por desgracia afectan notablemente al ser las causantes de los males olores.
Todo lo contrario sucede con las ecrinas, las cuales sí abundan. De hecho, se encuentran en todo el cuerpo, concretamente en la superficie. Precisamente debido a su ubicación se encargan de llevar a cabo la regulación de la temperatura.
Cuando algunas de estas glándulas presentan una cierta hiperactividad es cuando nos referimos a un caso de sudoración excesiva, también conocida como hiperhidrosis.
La secundaria generalizada no es nada habitual. Se calcula que solamente el diez por ciento de los pacientes que sufren sudoración excesiva presentan este tipo de alteración, causada en la mayoría de casos por determinados medicamentos que tienen efectos secundarios.
El resto de casos, es decir la inmensa mayoría, son de tipo primaria focal. Según los expertos, casi el cinco por ciento de habitantes en el mundo presentan esta afección que surge con más intensidad en los individuos con edades comprendidas entre los dieciocho y cuarenta años.
Indistintamente de la edad y el género, la hiperhidrosis puede hacer mella con distintos grados de afectación, desde una sudoración normal hasta aquella que es intolerable en todos los sentidos. A partir del momento en que las actividades diarias quedan mermadas por este efecto conviene pasar a la acción con un tratamiento.
Iontodry, un método muy efectivo
En driosec.com puede adquirirse a distancia, sin salir de casa, uno de los métodos que triunfan por su alto nivel de efectividad. Las numerosas opiniones que circulan por la red, siendo todas ellas positivas, demuestran lo satisfechos que quedan los pacientes tras aplicarse este tratamiento que basa su actuación en la circulación de corrientes eléctricas.
Su baja intensidad, sumada a lo cerrado que se encuentra el circuito, conllevan la obtención de un método cien por cien seguro. El tratamiento puede ser de pocos minutos si lo desea el paciente, aunque se recomiendan sesiones de media hora.
Uno de los aspectos por los que es más efectivo el dispositivo iontodry se resume en la posibilidad de personalizar cada sesión. Por ejemplo, no requiere la misma intensidad un paciente afectado por hiperhidrosis en las plantas de la mano en comparación con otro que padece sudoración excesiva en los pies.
En ambos casos se trata de una tecnología muy avanzada a la par que inteligente. Su capacidad de adaptación, ejemplificándolo las diversas almohadillas que se ponen a disposición de los pacientes, es la principal seña de identidad. El grosor también cambia para que el resultado no solo sea efectivo, sino que adicionalmente se proporcione de manera confortable.
Conviene destacar el hecho de que la aplicación del tratamiento es sencilla a más no poder. El manual de usuario describe el procedimiento a la perfección, eliminando cualquier posible duda para que desde jóvenes hasta personas de avanzada edad puedan llevar a cabo sus sesiones con el Iontodry sin tener que acudir a un centro especializado.
Precisamente el no tener que abandonar el domicilio se traduce en una constancia por parte de los pacientes, quienes no dudan en destinar media hora al día a realizar las sesiones. En poco tiempo se produce la mejoría esperada: el nivel de sudor en las manos y/o los pies es reducido muy notablemente.