La modelo británica nunca ha sentido una ilusión especial por la llegada de las fiestas navideñas, por lo que en vez de planear su asistencia a una exclusiva fiesta junto a su hermana Cara Delevingne, la maniquí prefiere quedarse en casa durante la Nochebuena, abrir una botella de vino y encadenar capítulos de la serie ‘Dowton Abbey’ hasta que se queda profundamente dormida hasta el día siguiente.
«A mi hermana Cara le encanta salir de fiesta y siempre hace planes muy interesantes para estas festividades. Yo prefiero quedarme en casa tranquila, ya que nunca he sido una fanática de la Navidad. A decir verdad, no soporto todo lo relacionado con la Navidad y con el espíritu navideño. Creo que mi Nochebuena perfecta consiste en tumbarme en el sofá y beber vino mientras veo ‘Downton Abbey’, pero en Nochevieja me gusta jugar al Twister con mi familia y emborracharme un poco», explicó al diario londinense Metro.
Aunque a Poppy Delevingne no le entusiasma demasiado la decoración navideña ni el «forzado optimismo» de estas fiestas, la esperada boda que celebrará el año que viene y el gran esfuerzo que conlleva su organización sí que son capaces de sacar su lado más extrovertido, ya que este tipo de celebraciones -en su opinión- son capaces de reunir a los seres queridos por una razón «de peso».
«No me gusta la Navidad porque todo el mundo trata de ser feliz y optimista aunque las circunstancias sean adversas. Es un sentimiento muy forzado que desaparece en cuanto se apagan las luces. Por eso, prefiero centrarme en eventos con mucho más significado personal. Estoy muy entusiasmada con mi boda del año que viene, por ejemplo, ya que va a ser una celebración familiar y muy emotiva. Esas son las reuniones familiares que me ilusionan, porque al menos se basan en una razón de peso», indicó.