DPA – Las vacaciones de verano ya han quedado atrás. Y en el norte de Europa otra vez se instala la nostalgia de todas las cosas ricas del sur. Para disfrutar de ellas, el jardinero aficionado puede crear en su huerto un rincón exótico, porque los kiwis, los higos y los mangos también pueden cultivarse en países como Alemania, Francia o Bélgica. Además del principio del verano, el comienzo del otoño es el momento ideal para iniciar el cultivo de estas frutas, dice Gottfried Röll, asesor sobre temas de jardinería.
Los kiwis son un buen ejemplo de una planta exótica que se puede cultivar en el jardín. Estas frutas vellosas que se venden en el supermercado son variedades de la actinidia deliciosa, que difícilmente se puede cultivar en el norte de Europa. La mejor variedad grande para el jardín son los hayward híbridos. Los minikiwis, descendientes de la especie silvestre actinidia arguta, son más resistentes a las heladas y necesitan menos calor. «Esta variedad crece sin ningún problema», dice Röll.
El experto recomienda las variedades weiki, amboria e issai. «Sus frutas alargadas son dos veces más grandes que las grosellas espinosas y se pueden comer con la cáscara. Las plantas son muy robustas, no son afectadas por parásitos o enfermedades y aguantan bien la poda», explica Röll.
«El tupido follaje no sólo es bonito, sino que también da mucha sombra», dice el arboricultor Leo Peselmann. «Por esto, los kiwis muchas veces no se plantan por las frutas, sino como sombrilla natural decorativa». El clima de regiones vinícolas les beneficia. Ahí conviene plantarlos en el lado suroeste de la casa, en un sitio protegido del viento. La tierra debe ser permeable, rica en humus y nutrientes y debe retener bien el agua.
Quien quiera cosechar las frutas generalmente necesita dos plantas. La mayoría de las variedades de kiwis tienen plantas macho y hembras. «Las plantas hembras sólo dan frutas cuando se encuentra cerca un ejemplar macho para la polinización de las flores», explica la ingeniera en jardinería Tanja Ratisch.
Los higos dan mucho menos trabajo que los kiwis. «Las higueras crecen como arbusto, alcanzan una altura de hasta cuatro o cinco metros y sirven muy bien como protección visual», dice Peselmann. El sitio donde se plantan las higueras debe reunir condiciones similares a las correspondientes a los kiwis. Sin embargo, las higueras son más robustas. Después de sufrir daños por heladas, pueden echar hojas nuevamente, explica Ratsch.
En lugares protegidos como el centro de una ciudad puede ser una alternativa a la higuera el caqui mediterráneo (diospyros kaki), con variedades como el «tipo» o la «vainiglia». Y el banano de montaña (asimia triloba), también llamado pawpaw, también es interesante, no en último lugar por su aspecto. «Tiene flores casi negras, muy exóticas», dice Röll. El sabor de sus frutas, que son ovaladas o tienen la forma de gotas, recuerda a una mezcla de plátano, mango y melocotón. Estos árboles frutales también crecen bien en un lugar que está medio en la sombra.
Para estar seguro de que las plantas mediterráneas sobrevivan durante el invierno, las higueras y los caquis deben colocarse en cubos en un lugar cerrado, grande, fresco y luminoso. Este también es el mejor lugar para olivos y otras especies exóticas sensibles como el granado, el mango, el carambolo, el papayo o el madroño.
Por Eva Neumann