Madrid, 16 nov (dpa) – Mientras sindicatos y patronal negociaban esta madrugada un acuerdo para poner fin a la huelga de limpieza que, en 12 días, ha cubierto Madrid de basura, las cuadrillas de la empresa pública Tragsa, a la que el ayuntamiento encargó asumir los servicios mínimos, efectuaban la primera limpieza masiva.
«Ha sido una noche larga», aseguraron a dpa un grupo de operarios hoy a primera hora de la mañana. Ataviados con un mono amarillo fosforescente, los trabajadores de Tragsa devoraban sus bocadillos en una esquina del céntrico barrio de Lavapiés. Al lado, apoyadas en la pared, sus escobas.
«Yo no soy trabajador de la limpieza, sino operario de maquinaria. Pero la empresa me lo ofreció y la cosa no está para decir que no, tengo tres críos y también tenemos un expediente de regulación de empleo (ERE)», afirmó uno de ellos, que declinó dar su identidad.
«La policía nos ha escoltado en todo momento y no ha habido ningún incidente», explicó su compañero. A pesar de ello, la situación que se encontraron en las calles fue «complicada». En unas horas, las cuadrillas recogieron más de 60 toneladas de desechos, según datos del ayuntamiento.
«Muchísima basura», subrayaron. «La orden que teníamos no era la de hacer una limpieza minuciosa, eso habría sido imposible, sino de quitar lo más gordo. Pensábamos que este barrio era pequeño pero estaba muy sucio, se nos ha hecho grande».
El Ayuntamiento de Madrid encargó ayer a Tragsa asumir los servicios mínimos de la huelga, tras denunciar su incumplimiento y una vez finalizado el plazo de 48 horas que otorgó la alcaldesa Ana Botella, del conservador Partido Popular de Mariano Rajoy, para intentar lograr el fin al paro.
Escoba en mano, durante la fría madrugada los operarios se enteraron en las calles de Madrid del preacuerdo alcanzado tras 12 días de huelga por los sindicatos y las empresas concesionarias del servicio de limpieza de Madrid.
Tras seis horas de «dura» negociación en un hotel de la capital de España, pasada la medianoche los representantes sindicales proclamaban la victoria y se felicitaban por haber conseguido evitar los despidos y las rebajas salariales anunciados por las empresas a cambio de una congelación salarial durante cinco años.
«Para ganar, primero hay que perder», aseguró un trabajador, haciendo alusión al descuento de los días de huelga de su nómina.
«Hemos estado en la calle día y noche, y es muy importante lo que hemos conseguido», aseguró otro tras la rueda de prensa celebrada a las 2.30 horas (1.30 GMT) para anunciar el preacuerdo.
La batalla está ganada, prevén, pero la guerra no ha terminado. Las negociaciones continuarán hoy hasta la medianoche, momento en el que expira el plazo de negociación.
Tras el anuncio de preacuerdo, los responsables sindicales aseguraron que «todo» hace pensar que hoy habrá pacto y se podrá convocar en asamblea a los trabajadores para dar por finalizada la huelga sin despidos en el horizonte.
Ésta comenzó en Madrid el 5 de noviembre, después de que las empresas que ganaron el concurso de los servicios el pasado mes de agosto anunciaran más de un millar de despidos.
Las protestas y movilizaciones de los trabajadores no han cesado desde entonces, a la par que el volumen de basura aumentaba en Madrid, con papeleras llenas, contenedores desbordados y toneladas de desperdicios que impedían el paso por algunas calles del distrito centro.
Tras días de esperas y vacilaciones, la alcaldesa denunció el incumplimiento de los servicios mínimos y decidió dar un ultimátum a trabajadores y empresas para propiciar un acuerdo, en un intento desesperado de eliminar la basura que ha enturbiado la imagen de Madrid en todo el mundo.
Por Ana Lázaro Verde