El 14 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Diabetes. Una enfermedad que afecta a 415 millones de adultos y con una alarmante previsión en alza. Para el año 2040, se estima que la cifra de personas con diabetes habrá ascendido a 642 millones. Se trata de una patología con diversas complicaciones asociadas como: daños en el riñón y otros órganos vitales como el corazón; problemas de visión, así como pérdida progresiva de la audición.
Una investigación publicada en la revista «Annals of Internal Medicine», que analizó a 5.000 pacientes desde 1999 a 2004, determinó que los diabéticos son dos veces más propensos a sufrir pérdidas de la audición. Esta hipoacusia va acompañada en ocasiones de acúfenos (mareos, ruidos y zumbidos en el oído). La hipoacusia de los diabéticos tiende a ser progresiva y bilateral. Esto estaría producido porque la diabetes daña los nervios y los vasos sanguíneos del oído interno. El citado estudio refleja que los trastornos auditivos no sólo son muy frecuentes entre las personas con diabetes de edad mediana y avanzada, sino que afectan también a los jóvenes con diabetes en mayor grado que a quienes no padecen esta enfermedad.
Debido a este factor de riesgo, La Asociación “Clave atención a la deficiencia auditiva” www.oiresclave.org/ quiere llamar la atención sobre la importancia de la prevención con revisiones audiológicas periódicas acudiendo a centros que cuenten con audiólogos protésico y las instalaciones y tecnología adecuadas.
Acerca de CLAVE
La asociación CLAVE trabaja para informar, formar y orientar sobre la discapacidad auditiva y asegurar la accesibilidad de las personas con problemas de audición en todos los entornos. Asimismo, colabora con autoridades e instituciones para facilitar la comprensión social de los problemas derivados de la falta de audición y cooperar en la adopción de las medidas necesarias para atenderlos.
A través de su delegación en España, CLAVE es “todo oídos” a los problemas de las personas con discapacidad auditiva, realizan todo tipo de actividades dirigidas a ellas, a sus familiares y a los profesionales que les atienden.