Londres/Copenhague, 20 nov (dpa) – Algunos antepasados de los pobladores originarios de América procedían de la región sur de Siberia Central y no sólo del este de Asia como se creía hasta ahora, según una investigación de muestras de ADN de miles de años procedentes de esa región, informa la revista «Nature».
La investigación explica además por qué algunos cráneos de los primeros habitantes nativos tenían características poco comunes en los asiáticos, señala el equipo internacional dirigido por Maanasa Raghavan de la universidad de Copenhague (Dinamarca) en la revista británica.
Los investigadores aislaron y analizaron primero la herencia genética de un hueso del brazo de un joven que vivió hace 24.000 años en el sur de Siberia Central (Mal’ta).
Investigaron además el genoma mitocondrial, que sólo se hereda de la madre. Determinadas posiciones características dentro del genoma mostraron que el genoma pertenecía al grupo haploide. Este tipo estaba muy difundido entre cazadores y recolectores en Europa del paleolítico y primer neolítico en la Edad de Piedra, señalan los investigadores.
Posteriormente investigaron la herencia genética de un cromosoma masculino Y. Así descubrieron que pertenece a una línea que se puede encontrar en el hombre actual procedente de Eurasia occidental, como en las raíces de la mayoría de las líneas de los nativos estadounidenses.
La herencia genética muestra una mezcla de características euroasiáticas occidentales con características de habitantes nativos en América, señalaron los investigadores. Sin embargo se distinguen de las características de herencia genética del este de Asia.
Es por ello que los investigadores concluyen que las poblaciones con las que los euroasiáticos occidentales están emparentados vivían hace 24.000 años mucho más al norte de lo que ahora se supone, es decir, en lo que es el sur de Siberia Central. Algunos de ellos se mezclaron posteriormente con los americanos nativos, agregaron los científicos.
Probablemente eso sucedió después de que los antepasados de los nativos americanos se separaron de sus antepasados asiáticos y antes de que se propagaran como nativos en el Nuevo Mundo. Entre un 14 y un 38 por ciento de la procedencia originaria estadounidense se remite a raíces siberianas.
Las características de ADN euroasiáticas occidentales, que ahora se pueden encontrar en los descendientes de los americanos nativos, no se remiten a una mezcla tras el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, sino a los orígenes ya mezclados de los primeros americanos.
Los investigadores analizaron además la herencia genética de dos personas que vivieron hace 17.000 años en Siberia. Ésta muestra características muy similares. Es por ello que los científicos concluyen que la región estaba habitada durante la última fase de la Edad de Hielo, hace unos 21.000 años.