Miami (dpa) – ¿Sabías que los huracanes se forman cuando el agua del mar se calienta hasta al menos 27 grados Celsius?
Con el calor del sol se evaporan muchas toneladas de agua que forman grandes nubes de tormenta. Al mismo tiempo, la rotación de la Tierra lleva al aire a girar sobre sí mismo.
Al girar la tormenta sobre el mar, succiona en forma ascendente cada vez más aire cálido y húmedo, como si fuera una aspiradora. De esta forma, la tormenta crece todavía más.
Luego, todo el huracán empieza a avanzar. Los vientos fuertes que rotan sobre el centro del huracán pueden alcanzar velocidades de entre 120 y 150 kilómetros por hora. En casos extraordinarios pueden llegar a los 200 kilómetros por hora.
Pero al pasar de las aguas oceánicas a recorrer tierra firme, el huracán va perdiendo fuerza, al no poder absorber más humedad para renovarse.
También puede frenarse por un obstáculo geográfico como puede ser una montaña. Sin embargo, los huracanes suelen causar mucha destrucción antes de calmarse. Junto al viento ocasionan lluvias muy fuertes y a veces también grandes oleajes en las costas.
La temporada de huracanes americana va de junio a finales de noviembre, es decir, cuando las aguas en el norte del continente están más cálidas.
Los primeros huracanes azotan el Atlántico
La temporada de huracanes en el océano Atlántico comenzó este año más tarde que de costumbre. El primero de ellos, llamado «Humberto», se formó apenas el 11 de septiembre, informó el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, Estados Unidos.
Habitualmente, los primeros huracanes de la temporada se forman en junio. «Humberto» surgió a unos 500 kilómetros de las Islas de Cabo Verde, frente a la costa occidental de África. Pero mientras que «Humberto» no causó daños en tierra firme, sí lo hizo el huracán «Ingrid», que golpeó el noreste de México, en la costa atlántica.
A «Ingrid» además se sumó la tormenta tropical «Manuel», que tocó tierra en la costa occidental, cerca del famoso balneario de Acapulco. Los dos fenómenos meteorológicos atenazaron a México por los dos lados como una pinza, causando fuertes lluvias, inundaciones y derrumbes. Decenas de personas murieron y miles más perdieron sus casas.
Los meteorólogos advierten que pueden venir más huracanes, ya que la temporada no acaba hasta noviembre.