La joven intérprete regresó a su más tierna infancia con un escueto vestido oscuro adornado con la dulce figura de Bambi, el famoso cervatillo de la factoría Disney, para presentarse en el desfile de Givenchy durante la Semana de la Moda de París. Sin embargo, Lily Collins trató de poner el contrapunto a la candidez de su atuendo con un maquillaje gótico que resaltó sus labios y su profunda mirada.