(dpa) – El cambio del horario estacional produce en algunas mascotas, como los perros y los gatos, una alteración de sus hábitos que puede darse tanto en sus paseos como cuando tienen que comer o dormir. Por eso, lo que inicialmente puede suponer un desafío para sus propietarios debe convertirse en un proceso gradual de adaptación.
Normalmente los propietarios y sus mascotas están acostumbrados a rutinas relativamente fijas, por lo que si el horario de las comidas se modifica una hora el animal puede reaccionar de una forma poco habitual.
«Por lo tanto, recomendamos una adaptación pausada al nuevo horario», aconseja Daniela Schneider, experta en animales de compañía de la organización de protección de los animales «Vier Pfoten» (cuatro patas, en alemán).
Lo mejor es que los dueños inicien un cambio en la rutina diaria de su mascota, ganando de 10 a 15 minutos cada día hasta ajustarse a la hora oficial. «Por eso, el cambio horario debe estar adaptado después de un período de tiempo más bien corto», asegura Schneider.
El cambio del horario de verano al de invierno de este año en Europa se produjo durante la madrugada del domingo 27 de octubre, cuando los relojes se retrasaron una hora.