Madrid, 7 abr (dpa) – Para ver a Gareth Bale jugando de titular un partido importante del Real Madrid hay que rebobinar hasta la Supercopa de España de agosto. Entonces arrancaba una temporada en la que el futbolista galés se fue hundiendo en la nostalgia.
Desde agosto, el Real Madrid disputó cinco encuentros que se podrían calificar de trascendentales: la final del Mundial de Clubes, el clásico contra el Barcelona, la eliminatoria ante el Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones y la ida de los cuartos frente a la Juventus de Turín.
Bale fue suplente en todos ellos y apenas sumó 64 minutos sobre el césped, siendo la ida ante el PSG cuando más jugó, un total de 22 minutos. Ante la Juventus, el martes, ni siquiera llegó a calentar en la banda y no celebró el espectacular gol de chilena de Cristiano Ronaldo.
Víctima de las lesiones y del empuje de Isco, Marco Asensio o Lucas Vázquez, el que llegara en 2013 a la plantilla del Real Madrid como una estrella internacional (100 millones de traspaso y sueldo y proyección de «galáctico») se ha convertido ahora en un jugador secundario para su técnico, Zinedine Zidane.
«Puede ser (que no esté bien anímicamente), es normal, porque los jugadores quieren jugar todos los partidos, y más uno de la importancia de Bale, pero yo tengo que tomar decisiones», asumió hoy Zidane en la previa del derby ante el Atlético de Madrid.
Quizás sea una gran oportunidad de Bale para reivindicarse, ya que ha jugado de titular cinco de los seis últimos partidos de Liga. Aunque Zidane le ha dado muchos minutos en el torneo doméstico, el protagonismo ha sido para otros cuando llegan los encuentros que marcan la temporada.
«Que no juegue uno o dos partidos no tiene nada que ver con lo que yo pienso que puede aportar en los partidos que nos quedan», indicó Zidane. «Lo que tiene que hacer Bale es seguir trabajando, pensando en que va a tener sus momentos».
«Gareth no va a perder la motivación; yo estoy aquí para intentar que así sea así», añadió el técnico galo. «Cuando le toque, jugará. Es un jugador importante, pero estos días jugaron otros y lo hicieron también muy bien».
Bale se granjeó una fama de «jugador de cristal» por sus continuas lesiones, que le llevaron a perderse alrededor de un tercio de los encuentros del Real Madrid. No obstante, siempre que regresaba tenía su lugar en el once asegurado. La famosa «BBC», la delantera que forma con Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, era «innegociable» para Zidane.
Las lesiones de Bale obligaron a Zidane a tocar el dibujo en demasiadas ocasiones y el Real Madrid desplegó su mejor fútbol con un 4-4-2, sacrificando a un delantero (Bale) por un centrocampista. La final de la Liga de Campeones de 2017 fue un baño de realidad para Bale: fue suplente en Cardiff, donde su equipo aplastó a la Juventus 4-1 con una exhibición en la segunda mitad.
Y esta temporada la competencia se multiplicó en el medio del campo. Bale acumula 1.816 minutos sobre el césped en este curso. Con Cristiano Ronaldo, Toni Kroos, Luka Modric y Karim Benzema titulares indiscutibles -el último a pesar de su pobre rendimiento de cara a puerta-, Bale se disputa un lugar con tres jugadores. Y todos le superan en minutos este año: Lucas Vázquez (2.163), Isco (2.511) y Asensio (2.291).
Ahora los principales medios de comunicación dan por segura la salida de Bale en el próximo mercado de fichajes. El crack tiene 28 años y un gran cartel futbolístico y publicitario en Inglaterra, donde fue elegido mejor jugador de la Premier League en 2011 y 2013.
«Independientemente de cómo vayamos a terminar la temporada, Bale es jugador del Madrid y se va a quedar», indicó hoy Zidane, aunque le entró la duda. «Digo yo… Es mi sensación. Luego, como siempre, no sé lo que me va a pasar a mí y a los jugadores. Veremos».
Por Ignacio Encabo (dpa)