Uno de los gastos más altos que puede tener una empresa es el de la energía, sobre todo si es una compañía grande, de ahí lo importante que es gestionarla bien, no solo porque es un aspecto que ayudará en gran medida a alcanzar el éxito, sino también por la enorme contribución que se hace al medio ambiente. Hoy en día es un asunto de ley, ya que el Real Decreto 56/2016 establece que se deben realizar auditorías para verificar el adecuado uso de la energía, y así, si se detecta alguna deficiencia, llevar a cabo las correcciones necesarias.
La eficiencia energética es tan indispensable en una actividad productiva, como lo son los recursos humanos y los medios técnicos. Esta se define como la utilización eficiente de la energía, y se logra aplicando medidas y acciones con las que se busca “hacer más, usando menos”, es decir, optimizar la relación entre la energía que se consume y la producción final, sin que esto signifique sacrificar la calidad, ni las condiciones para realizar el trabajo en la empresa.
Tener en cuenta este importante aspecto trae diversos beneficios. En primer lugar, los beneficios económicos, ya que al tener una eficiente gestión de la energía, la reducción de costes, tanto operativos como de producción, es considerable, logrando una mejora en la competitividad.
De igual manera, el uso adecuado de la energía trae muchos beneficios ambientales, uno de ellos el hecho de que se reduce el consumo de recursos naturales y la pérdida de la fertilidad de las especies vegetales y, en consecuencia, se hace menos daño al planeta.
Una gestión eficiente de energía contribuye a la reducción de la emisión de gases contaminantes, una de las principales causas del efecto invernadero y el cambio climático en todo el mundo.
En lo que respecta al país, también aporta beneficios importantes, ya que ayuda a reducir la dependencia de fuentes energéticas externas, y disminuye la vulnerabilidad de la nación en el tema de la energía.
Un asunto de ley
Considerando la importancia capital que reviste la reducción del consumo de energía a nivel empresarial, es un requisito obligatorio mantener una gestión adecuada, y esto está siendo verificado de forma oficial a través de las auditorías energéticas según RD56/2016, un decreto que entró en vigencia en febrero de 2016, con el fin de establecer un marco normativo para desarrollar e impulsar las acciones orientadas a la mejora de la eficiencia energética en las empresas.
El Real Decreto 56/2016 establece que las empresas deben realizar auditorías mínimo cada cuatro años, las cuales deben cubrir al menos el 85% del consumo total.
Esta instrucción está dirigida a las compañías que tengan más de 250 trabajadores o aquellas que reporten más de 50 millones de euros en cuanto a volumen de negocio, así como las empresas que tengan un balance general que supere los 43 millones de euros.
Las auditorías deben ser realizadas por profesionales especializados, que cumplan con los requisitos señalados en la normativa, entre estos, basarse en datos verificables, medidos y actualizados de consumo de energía y de perfiles de carga en caso de electricidad, siempre que se disponga, además de realizar un examen detallado del estado en el que se encuentran las instalaciones.
Lo bueno de todo esto es que, más que ser una obligación, se ha creado conciencia, y de manera voluntaria muchas empresas han empezado a aplicar medidas para gestionar de manera mucho más eficiente la energía. Incluso antes de la entrada en vigencia de la ley, bien realizando las auditorías con anticipación o con más frecuencia de la establecida, o implantando sistemas de gestión energética.
Es importante señalar que existen en el país empresas que se dedican a realizar las auditorías con personal cualificado, y que además, realizan seguimiento y control del uso de la energía, mediante un servicio de gestión, que incluye entre otras medidas, la implantación de la figura del gestor energético, monitorización online, establecimiento de alarmas, análisis de facturas para optimizar las áreas, asesoramiento técnico, informes energéticos y mucho más.