Siendo sinceros, cada vez es más difícil moverse por la ciudad, ya que el aumento de la población, sumado a la peatonalización de los centros urbanos ha terminado por transformar las ciudades en lugares donde cada vez se impulsa más una movilidad reducida, económica y sostenible. Para evitar la acumulación de gases CO2 y que esto pueda perjudicar a nuestra salud, la aparición de los patinetes eléctricos puede ser una gran alternativa, tanto para el transporte convencional como para el transporte público.
Un modo de transporte para movernos como nunca
Conseguir un patinete eléctrico supone empezar a tener una serie de ventajas sobre la movilidad en nuestro día a día, pero aunque al principio pueda parecer un gasto elevado, en realidad es una inversión. Nos podremos ahorrar un dinero en transporte público bastante considerable sin tener que estar pendientes de los horarios o de soportar el agobio que puede suponer la afluencia de gente que se da en este tipo de medio de transporte. Poder elegir cómo moverte y cuándo hacerlo es un aliciente para tener en cuenta, pues permite poder llegar rápidamente a los sitios sin la necesidad de realizar el esfuerzo físico que se emplea con una bicicleta, por ejemplo.
Otro apartado de las características de los patinetes eléctricos es la emisión cero de CO2 que los transportes convencionales expulsan con su combustión, pasando a ser así, una alternativa ecológica que respeta el medio ambiente y que no solamente cuida del planeta, sino de todos los habitantes que habitan en el mismo.
Entre sus características técnicas, podemos encontrar algunos más económicos y otros de gama más alta, los cuales poseen ciertos aspectos mejorados para aprovechar aún más si cabe el rendimiento del patinete eléctrico. En todos se encuentra una base direccional apoyada en el manillar, y un asiento para poder apoyarnos de manera opcional, en algunos modelos. Después, al igual que sucede con los ciclomotores, los patinetes eléctricos tienen una rueda trasera y otra delantera. Estas ruedas conviene que sean modelos de carretera si las vamos a utilizar por la calzada y en tramos sobre todo interurbanos; y de cross, si normalmente pensamos acceder por terrenos sin asfalto, o caminos y superficies más complicadas para su circulación.
Cuando tomamos la decisión de apostar por la compra de un patinete eléctrico, existen muchas características que se deben tener en cuenta para determinar la elección, pero las más esenciales son la potencia, el peso, la autonomía y el diseño. Todas ellas son muy variadas en el amplio campo de los patinetes eléctricos existentes en el mercado. No es bueno pecar de exceso pero tampoco quedarnos cortos en el caso de necesitar estos vehículos para distancias cortas, como acudir a nuestro lugar de trabajo si el mismo se encuentra cercano. En cambio, en el caso de que recorramos distancias muy largas, tendremos que escoger modelos con autonomías largas, de 60 a 100 kilómetros. El peso es un aspecto relevante, pues existen zonas donde tendremos que cargar con el patinete eléctrico, por lo que una buena combinación de peso y autonomía será la base del éxito. En este sentido, cabe destacar que el peso de estos aparatos puede ir desde los 8 hasta los 60 kilos.
La batería es la base de un patinete eléctrico
Si a la hora de comprar un coche debemos tener muy en cuenta el motor, con los patinetes eléctricos pasa lo mismo con la batería; en el mercado actual podemos encontrar baterías de ácido, gel, litio y plomo. Las de litio son las baterías con las que podemos obtener un mejor rendimiento, ya que son más duraderas y fiables que el resto, aparte de tener un peso inferior a las restantes. El litio nos ofrece 3.000 cargas aproximadamente, mientras que el resto alrededor de 300, esto supondrá que cuando las otras baterías estén agotando su vida útil en apenas 1 año y medio, el litio resistirá al menos unos 5 años de vida.