Londres (dpa) – Conocida históricamente por sus sidras ácidas y sus cervezas tibias y planas, Gran Bretaña, al igual que otros países anglosajones, ha visto una explosión en los últimos años de la llamada cerveza artesanal y de las cervecerías.
Pero el futuro del sector no pinta bien, a tenor de los datos oficiales de insolvencia obtenidos por la empresa de contabilidad Price Bailey: 35 cervecerías artesanales se fueron al garete en el primer semestre de 2023, casi tantas como en todo el año pasado.
La noticia llega después de que las asociaciones del sector advirtieran de que la cultura de los pubs británicos, uno de los principales atractivos turísticos, se está extinguiendo. El número de pubs en Inglaterra y Gales caerá por debajo de los 40.000 en 2022, 7.000 menos que hace una década y la cifra más baja desde que existen registros.
Mientras los bares se ven afectados por la inflación y el aumento de los costes energéticos, las cervecerías artesanales pasan apuros porque recurren a la deuda para financiar sus operaciones y comprar equipos.
Cuando las amortizaciones suben con las subidas de los tipos de interés -en Gran Bretaña se han registrado 14 desde 2021-, las empresas se ven en apuros para devolver los préstamos. El tipo actual, fijado en septiembre, es del 5,25%.
Los bancos centrales de Europa y Norteamérica empezaron a subir los tipos de interés en 2021 para contrarrestar la inflación. Durante más de una década tras la crisis financiera mundial de 2008-8, el tipo en Gran Bretaña estuvo por debajo del 1%.
Para las cervecerías artesanales, los presupuestos se han visto aún más afectados por la inflación, que ha obligado a los consumidores a gastar menos en productos no esenciales al enfrentarse a alimentos y bebidas más caros.
A su vez, los supermercados son menos propensos a almacenar las llamadas cervezas premium y están asignando espacio en los estantes a alternativas más baratas.
Lo mismo podría estar ocurriendo en los bares británicos, donde el precio de una pinta suele empezar en 6 libras (7,50 dólares).
También han aumentado los costes de las fábricas de cerveza, tanto de la electricidad necesaria para la producción como de las materias primas.
Según Price Bailey, el sector de la cerveza artesana se enfrenta cada vez más a la llegada de marcas de cerveza establecidas o convencionales que ofrecen una competencia masiva a precios más bajos.