Julianne Moore aprovechó su reciente homenaje en el Paseo de la Fama de Hollywood para dar una lección de estilo caracterizada por el valor de la sobriedad. Posando orgullosa con la placa conmemorativa que la erige como una de las grandes actrices del actual panorama cinematográfico, la intérprete demostró con su ceñido vestido amarillo que en la sencillez está la clave del triunfo. Asimismo, la artista decidió prescindir de accesorios al contar ya con el mejor de los complementos: su amplia sonrisa.